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Voto de manuel:
10
8,3
2.499
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (1989-1990). 10 episodios. Originalmente hecho para la televisión polaca, 'El decálogo' se centra en unos residentes de un complejo residencial, en la Polonia del comunismo tardío, cuyas vidas están sutilmente entrelazadas. Irán encontrando dilemas emocionales tan profundamente personales como universales. Son diez episodios y cada uno de ellos está basado en uno de los diez mandamientos.
9 de marzo de 2013
38 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica número 1000…la verdad que ni me lo creo que ya han pasado tantas películas, tantos años y tanto placer al descubrir esta página.
Quería reservar esta crítica a alguna película muy especial durante estos años y ha sido difícil pues hay muchas historias que me han marcado pero tras pensar mucho he querido hacer el honor al director polaco que durante estos últimos años me ha marcado de una manera especial y en concreto a una serie de películas muy grandes, según dijo Kubrick, la obra maestra del cine.
Así creo que es, es sin duda la obra maestra por excelencia del cine.
Cada película es una joya, un tesoro pero el conjunto es magistral, creo que no ha habido película ni director que me hayan marcado tanto.
El Decálogo es una obra muy especial, una joya que nos acerca a un buen cine al mismo tiempo que nos plantea a Dios y la vida pero no de una manera puramente católica sino de una manera muy humana y moral.
Le preguntaban a Kieslowski si era un “moralista”, y se reía, creo que Kieslowski fue un ser muy humano que se planteaba la vida y la muerte como cualquier ser pero que las circunstancias político y social lo marcaron de una manera muy especial haciéndole tener una visión del ser humano un tanto negativa o incluso amarga.
El Decálogo llega a ser una película muy especial para aquellas personas que han sentido y vivido en un bloque comunista, esas pequeñas viviendas, esas luces que se ven a lo lejos que invaden los bloques, las luces que representan una vida o una muerte.
Durante meses iba viendo poco a poco los capítulos, veía uno, lo saboreaba, lo disfrutaba y cuando veía un día especial me ponía el siguiente, así poco a poco hasta llegar al décimo, un año y medio pasaron y hasta hoy sigo sintiendo en mi conciencia los increíbles planteamientos de cada capítulo.
No se cual es mejor ni cual es el peor, lo que si que es cierto que el conjunto es una obra cumbre del cine y de sus tremendos planteamientos.
Unos acordes de piano dan comienzo a la magia del momento, una ángel que está presente en nuestras vidas, unos bloques que simbolizan nuestras vidas y Kieslowski y vida.
Estos humildes capítulos muestran la grandeza del cine en todo su esplendor y de cómo se pueden hacer grandes cosas aunque se tengan pocos medios.
Kieslowski, Dios y Polonia, estas tres palabras podrían definir esta obra maestra del cine.
Quería reservar esta crítica a alguna película muy especial durante estos años y ha sido difícil pues hay muchas historias que me han marcado pero tras pensar mucho he querido hacer el honor al director polaco que durante estos últimos años me ha marcado de una manera especial y en concreto a una serie de películas muy grandes, según dijo Kubrick, la obra maestra del cine.
Así creo que es, es sin duda la obra maestra por excelencia del cine.
Cada película es una joya, un tesoro pero el conjunto es magistral, creo que no ha habido película ni director que me hayan marcado tanto.
El Decálogo es una obra muy especial, una joya que nos acerca a un buen cine al mismo tiempo que nos plantea a Dios y la vida pero no de una manera puramente católica sino de una manera muy humana y moral.
Le preguntaban a Kieslowski si era un “moralista”, y se reía, creo que Kieslowski fue un ser muy humano que se planteaba la vida y la muerte como cualquier ser pero que las circunstancias político y social lo marcaron de una manera muy especial haciéndole tener una visión del ser humano un tanto negativa o incluso amarga.
El Decálogo llega a ser una película muy especial para aquellas personas que han sentido y vivido en un bloque comunista, esas pequeñas viviendas, esas luces que se ven a lo lejos que invaden los bloques, las luces que representan una vida o una muerte.
Durante meses iba viendo poco a poco los capítulos, veía uno, lo saboreaba, lo disfrutaba y cuando veía un día especial me ponía el siguiente, así poco a poco hasta llegar al décimo, un año y medio pasaron y hasta hoy sigo sintiendo en mi conciencia los increíbles planteamientos de cada capítulo.
No se cual es mejor ni cual es el peor, lo que si que es cierto que el conjunto es una obra cumbre del cine y de sus tremendos planteamientos.
Unos acordes de piano dan comienzo a la magia del momento, una ángel que está presente en nuestras vidas, unos bloques que simbolizan nuestras vidas y Kieslowski y vida.
Estos humildes capítulos muestran la grandeza del cine en todo su esplendor y de cómo se pueden hacer grandes cosas aunque se tengan pocos medios.
Kieslowski, Dios y Polonia, estas tres palabras podrían definir esta obra maestra del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El primer capítulo plantea el sentido de Dios, un capítulo íntimo y profundo, quizás el más complejo a tratar pero quizás el mejor tratado de todos, el niño que se cuestiona Dios, la vida y la muerte ante un padre que no cree en Dios y una tía que vive empeñada en educar a su sobrino en la religión católica.
El drama llegará cuando el niño muere y el padre se plantea el sentido de la fe.
Un segundo capítulo muy especial, una mujer embarazada del hombre que ama pero que no es su marido.
Un hombre que lucha contra la muerte y un niño que está a punto de nacer pero que su vida dependerá de la vida de otra persona, un juego complicado entre el amor, la vida y la muerte y un tema muy constante en Kieslowski, el desamor y la infidelidad.
Un tercer capítulo muy bello visualmente, Kieslowski juega con los colores y que más tarde aplicará a su trilogía.
La navidad en un piso de un bloque, un hombre que vive con su familia y una ex-amante que le persigue con tal de no pasar una noche así sola, una vez más Kieslowski juega con el deseo de ser infiel y la fidelidad a la pareja y al matrimonio.
El cuarto capítulo plantea el dilema del padre biológico o el padre adoptivo, ¿puede existir un deseo sexual ante un hijo cuando no les une la sangre?
Un capítulo tremendo, una planteamiento casi enfermizo pero real, su planteamiento es terrible y curioso, el diálogo entre padre e hija es de los momentos más bello que recuerdo.
No matarás, es sin duda el capítulo más popular de la serie y quizás el más famoso, su crítica a la pena de muerte es brutal.
Nos sentimos dioses y juzgamos como tal, matamos a aquella persona que ha matado y no tenemos mala conciencia.
¿Quiénes somos nosotros para juzgar y mucho menos para matar?
Un capítulo impresionante, de los más impactantes de la serie.
No amarás, es sin duda una bella película, esa triste melodía de guitarra que acompaña a la mujer que llora mientras que juega con la leche derramada encima de la mesa mientras que se plantea quien le ama de verdad.
El pobre joven que trabaja en correos la espía en secreta mientras que se enamora de ella y ninguno de los dos sabe como hacer el amor de una manera correcta, es sin duda el capítulo más bello de todos.
No robarás y alejándose de los bloques comunistas Kieslowski nos traslada a una casa en el bosque, Polonia en primavera y el dolor de una joven mujer que intenta explicar a su hija que no son hermanas sino madre e hija.
Una madre que ha robado todo derecho a su propia hija convirtiendo a su nieta en hija y trasladando a su hija a un segundo plano.
Tremendo planteamiento.
Polonia y el holocausto judío, un pueblo que no hace nada y reacciona de una manera hipócrita ante los crímenes que se estaban cometiendo en su propia casa.
Un momento bellísimo, unos diálogos preciosos, dos mujeres en un salón hablan sobre lo que pudo ser y lo que ha sido de ellas, una bofetada al pueblo polaco.
¿Se puede amar sin sexo?, ¿puede funcionar el amor sin sexo?
Un joven matrimonio que se ama de verdad pero que su amor se cuestiona cuando la impotencia sexual le llama a la puerta.
Sin llegar a ser el capítulo más redondo, me llega a impresionar.
Dos hermanos y sus sellos, la avaricia y un riñón…qué curioso planteamiento, punto final de esta obra maestra.
Gracias.
El drama llegará cuando el niño muere y el padre se plantea el sentido de la fe.
Un segundo capítulo muy especial, una mujer embarazada del hombre que ama pero que no es su marido.
Un hombre que lucha contra la muerte y un niño que está a punto de nacer pero que su vida dependerá de la vida de otra persona, un juego complicado entre el amor, la vida y la muerte y un tema muy constante en Kieslowski, el desamor y la infidelidad.
Un tercer capítulo muy bello visualmente, Kieslowski juega con los colores y que más tarde aplicará a su trilogía.
La navidad en un piso de un bloque, un hombre que vive con su familia y una ex-amante que le persigue con tal de no pasar una noche así sola, una vez más Kieslowski juega con el deseo de ser infiel y la fidelidad a la pareja y al matrimonio.
El cuarto capítulo plantea el dilema del padre biológico o el padre adoptivo, ¿puede existir un deseo sexual ante un hijo cuando no les une la sangre?
Un capítulo tremendo, una planteamiento casi enfermizo pero real, su planteamiento es terrible y curioso, el diálogo entre padre e hija es de los momentos más bello que recuerdo.
No matarás, es sin duda el capítulo más popular de la serie y quizás el más famoso, su crítica a la pena de muerte es brutal.
Nos sentimos dioses y juzgamos como tal, matamos a aquella persona que ha matado y no tenemos mala conciencia.
¿Quiénes somos nosotros para juzgar y mucho menos para matar?
Un capítulo impresionante, de los más impactantes de la serie.
No amarás, es sin duda una bella película, esa triste melodía de guitarra que acompaña a la mujer que llora mientras que juega con la leche derramada encima de la mesa mientras que se plantea quien le ama de verdad.
El pobre joven que trabaja en correos la espía en secreta mientras que se enamora de ella y ninguno de los dos sabe como hacer el amor de una manera correcta, es sin duda el capítulo más bello de todos.
No robarás y alejándose de los bloques comunistas Kieslowski nos traslada a una casa en el bosque, Polonia en primavera y el dolor de una joven mujer que intenta explicar a su hija que no son hermanas sino madre e hija.
Una madre que ha robado todo derecho a su propia hija convirtiendo a su nieta en hija y trasladando a su hija a un segundo plano.
Tremendo planteamiento.
Polonia y el holocausto judío, un pueblo que no hace nada y reacciona de una manera hipócrita ante los crímenes que se estaban cometiendo en su propia casa.
Un momento bellísimo, unos diálogos preciosos, dos mujeres en un salón hablan sobre lo que pudo ser y lo que ha sido de ellas, una bofetada al pueblo polaco.
¿Se puede amar sin sexo?, ¿puede funcionar el amor sin sexo?
Un joven matrimonio que se ama de verdad pero que su amor se cuestiona cuando la impotencia sexual le llama a la puerta.
Sin llegar a ser el capítulo más redondo, me llega a impresionar.
Dos hermanos y sus sellos, la avaricia y un riñón…qué curioso planteamiento, punto final de esta obra maestra.
Gracias.