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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
6
Drama Adam Hall es un joven abogado de 26 años cuyo padre se suicidó cuando él era un niño. Ahora deberá utilizar todos los recursos a su alcance para defender a su abuelo Sam Cayhall, un antiguo miembro del Ku-Klux-Klan, acusado de asesinato y que espera su ejecución en el corredor de la muerte. Cayhall, líder de la supremacía blanca, será enviado a la cámara de gas en 28 días si su nieto no lo impide... Basada en un best-seller del popular John Grisham. (FILMAFFINITY) [+]
15 de junio de 2009
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el eterno debate entre si es mejor el libro o la película, hay autores cuya forma de escribir es mucho más adaptable a las formas del cine, gracias a lo cual han conseguido, no sólo un buen éxito editorial, sino además conseguir un extra gracias a la adaptación cinematográfica. Uno de estos escritores es John Grisham, cuyas tramas principalmente judiciales son muy del gusto del espectador norteamericano. Por ello no es de extrañar que varias de las novelas de este autor hayan sido llevadas a la gran pantalla, con mayor o menor éxito.

En este caso es el director James Foley quien adapta la historia de Sam (Gene Hackman), activista del Ku Klux Klan condenado a muerte por un atentado en el que murieron dos niños. Su nieto, Adam (Chris O’Donnell), un brillante abogado, pero que apenas ha tenido contacto con su pariente, intenta librarle de la pena capital. El film plantea la doble vertiente entre la relación entre abogado-cliente y la familiar, buscando ante todo un cierto efectismo, reconstruyendo los hechos a base de “flash-backs”, un tanto innecesarios quizás, en los que se mezclan temas más propiamente familiares.

Hackman compone un personaje desagradable, antipático, en contraposición a la plana actuación de Chris O’Donnell, excesivamente blandengue y totalmente anulado en las secuencias que comparte con el genial actor. Foley aprovecha el material de Grisham y procura plasmar lo que cuenta el escritor, limitándose a realizar una adaptación prácticamente literal, que apenas aporta nada, no sólo a la versión literaria, sino al cine judicial, tocando el tema de un condenado a muerte, que intenta salvarse de la ejecución, prácticamente único aliciente del film.

Foley prima los elementos más convencionales, y más del agrado del espectador, buscando una conexión sentimental con el personaje de O’Donnell, sobre el cual gira en realidad la trama, sin embargo, el actor no consigue transmitir las contradicciones de un personaje que pivota entre el tema familiar y el profesional, defendiendo además a un tipo cuyas acciones son muy difíciles de comprender y aún menos de aceptar. Esta contradicción, que sería la base principal del film, no queda lo suficientemente expuesta con convicción, lo que hace que el film derive hacia terrenos mucho más facilones y más transitados, quedando como resultado un film excesivamente plano y convencional.
manulynk
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