El comienzo de la película podría hacernos pensar que estamos ante una cinta de cine negro al uso por la presentación de la situación y los personajes principales, pero yo creo que de cine negro tiene más bien poco.
Sherman y un guion un poco confuso y sin pulir se decantan hacia el drama. Una historia de búsqueda de redención, que en este caso transcurre en el mar, procurando una cierta mixtura no del todo lograda pero con algunos destellos ciertamente interesantes.
En realidad si esta historia se sostiene es porque tiene un gran reparto que sabe aportar hondura y credibilidad a un relato que divaga bastante sin anclarse bien en ningún punto.
Los intérpretes defienden muy bien sus pequeños dramas personales, simpatizaremos con ellos y nos entristeceremos por ellos, son personajes frustrados y vulnerables y desearemos que puedan salir con bien del asunto.
Pero como en toda historia de redención, la salvación nunca podrá alcanzarse sin que un poso de amargura deje huella en su recuerdo.