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Voto de Javi McClane:
6
Drama. Fantástico Adaptación del cuento clásico de Mary Shelley. Infantil en su inocencia, aunque de aspecto grotesco, la criatura del Dr. Frankenstein se siente perpleja cuando su creador lo expulsa, obligándolo a vivir en un mundo hostil. Víctima de la crueldad de los hombres, vaya donde vaya, se convierte en una criatura solitaria y cada vez más desesperada y vengativa. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que se anunció esta obra de teatro en el ya lejano 2011 (como pasan los años) tuve mucha curiosidad en la misma, ya que se trataba de una nueva adaptación del clásico de Frankenstein, dirigido por Danny Boyle (Trainspotting, 28 días después, Slumdog Millonarie o 127 horas, entre otras) y protagonizado por el siempre fascinante Benedict Cumberbatch y Jonny Lee Miller (por cierto, ambos intérpretes del personaje de Sherlock Holmes en diferentes series).

La novedad respecto a esta nueva representación del clásico (aparte de hacerlo todo más moderno) es que ambos actores alternaron sus actuaciones, siendo en unas sesiones Cumberbatch la criatura y Lee Miller el doctor, y en otras al revés, siendo una idea bastante interesante y atractiva, además de un reto para ambos intérpretes. 

Y bueno, sobra decir que me quedé con las ganas en su momento de poder ver esta obra de teatro, más que nada porque sólo se presentaba en el National Theatre, en Londres, y me cogía un poco lejos (aparte del precio de los billetes y de hotel). Pues bien, la vida y el tiempo a veces nos sorprende, ya que, a causa del devastador coronavirus, la cuenta de Youtube de la citada productora de teatro ha decidido que era el momento perfecto de ofrecer de forma gratuita la obra que se grabó en su momento, con ambos actores en la piel del monstruo, pudiendo escoger cualquiera de las dos opciones.

La iniciativa se ha activado hace escasos días y estará disponible hasta el 8 de mayo, por lo que si se tiene curiosidad es el momento idóneo. Recalcar también que el evento se ha orquestado para recaudar dinero para el teatro (a modo de donaciones), ya que como muchas otras empresas y espectáculos están perdiendo dinero debido al confinamiento, por lo que me parece una iniciativa estupenda y digna de aplauso, ya que además se logra que dicha obra llegué a más público, como es mi caso.

Pues bien, una vez explicado todo esto, toca hablar de la obra en sí. Sabía que me iba a encontrar algo diferente y de complicada digestión, ya que la obra original es ya de por sí bastante compleja, pero no podía perderme la oportunidad de ver a uno de mis actores favoritos (Cumberbatch, para más pistas) en semejante papel. Y la verdad es que nada se le puede reprochar a tan maravillosa actuación, aunque mejor ir por partes.

La dirección de Danny Boyle (director que suele dar una de cal y otra de arena) es tan efectiva como caótica, ya que abusa en no pocas ocasiones de los efectos de los que dispone, para sorprender a la platea con artificios, cuando éstos no siempre son necesarios (por ejemplo en el momento de los obreros).

Por otro lado, la obra dura algo menos de dos horas, pero se hace excesivamente larga, ya sea por pasajes alargados hasta el exceso (no era necesario ver a la criatura aprender a caminar y moverse durante quince interminables minutos), además de haber algunas decisiones más que cuestionables y que sacan bastante de la historia.

Creo que es acertado por parte del director introducir algunos momentos y diálogos de humor, aunque bien es cierto que los espectadores también se ríen en momentos serios (cosa que no debería suceder), no quedando claro si se le ha ido la mano al señor Boyle con una propuesta tan hilarante.

Lo mejores momentos son los de Cumberbatch con el anciano y los que comparte con su creador, en un duelo interpretativo espléndido y que suma enteros a una obra que si destaca por algo es por sus dos geniales protagonistas. 

Qué decir del bueno de Benedict a estas alturas del cuento. El increíble actor nos ofrece una de sus mejores interpretaciones, con una interpretación sobresaliente, sin ninguna fisura, en un trabajo que en otras manos habría caído en el ridículo, no siendo el caso ni por asomo. Si eres fan del actor no te lo puedes perder en este registro.

Respecto a Lee Miller como el monstruo, he visto algunas escenas sueltas, y la verdad es que es otra actuación diferente y muy inferior a la de su compañero, por lo que me limitaré a decir que también está estupendo como el doctor Frankenstein, en una elección de casting que suma enteros a la producción. Sin lugar a dudas, mi recomendación es que se vea la representación de Cumberbatch como el monstruo, pero eso ya es a gusto del consumidor.

En conclusión, estamos ante una propuesta diferente, que me alegro de haber visionado por fin (más que nada por la curiosidad), pero que peca de algo pretenciosa y fallida, al ser una obra demasiado larga y caótica, con pasajes que se podrían haber omitido sin problemas y con algunas decisiones que chirrían demasiado.

No obstante, sólo por la exquisita labor de sus dos protagonistas (sobre todo de Cumberbarch, que jamás decepciona) merece la pena aventurarse en esta arriesgada experiencia. De nuevo, un aplauso al National Theatre Live por la iniciativa, y más en los momentos que lamentablemente nos ha tocado vivir.

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Javi McClane
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