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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Graham Weir (Laurence Olivier) es un profesor maduro y alcohólico del que se enamora Shirley Taylor (Sarah Miles), una alumna de quince años; como él la rechaza, ella, despechada, lo acusa de abusos deshonestos y lo lleva a juicio. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabia frase le dice el profesor Graham Weir a su alumna Shirley Taylor cuando han salido de conocer a la familia con la que la joven no se siente muy cómoda: “Sé tú misma, Shirley, y todo irá bien”. Palabras ciertas que, en una sociedad como la que hemos forjado van perdiendo peso, cuando aquellos valores que nos hacen grandes, poco a poco se convierten en otra cosa a base de necios hábitos y de turbias interpretaciones.

Para aquel profesor de inglés de una escuela secundaria, ser pacifista, fiel a sus principios, leal a su pareja, y con muy claros conceptos sobre la vida y el amor, le ha traido más problemas que satisfacciones: estuvo en la cárcel por negarse a servir en el ejército, su esposa lo considera un cobarde y con ideas afeminadas por predicar la causa de la no-violencia… y pronto enfrentará el grave riesgo de la deshonra por negarse a hacer lo que muchos (¡incluida su esposa!) pensarán que debiera haber hecho.

El veterano director teatral y cinematográfico, Peter Glenville, realizador de la encantadora “Yo y mi coronel”, nos trae un filme que levanta roncha al recrear, con elegante sorna, a la sociedad inglesa de los años 1960 (y alrededores) con aquellos tópicos morales que todavía no pierden vigencia y que parecen haberse expandido a lo largo y ancho del planeta como una gran nube gris.

Con un reparto de primera línea que encabeza el gran Laurence Olivier, con Simone Signoret haciendo las veces de su particular y sorprendente esposa, “ESCÁNDALO EN LAS AULAS” significó un auspicioso debut para la estupenda actriz, Sarah Miles, quien aquí representa a la colegiala perdidamente enamorada de su recto profesor. Y fue tambien el primer rol importante del muy joven Terence Stamp, convertido desde entonces en un renombrado intérprete.

Diálogos de gran agudeza, situaciones precisas que revelan el difícil compromiso de ser uno mismo frente a nuestra despintada sociedad, y un dardo preciso contra aquellos que se atribuyen el derecho de juzgar, brillan notablemente en un filme que vuelve a corroborar el gran atraso que todavía padecemos.

Título para Latinoamérica: “LA OTRA MENTIRA”
Luis Guillermo Cardona
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