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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Comedia Stan y Ollie acuden a Brushwood Gulch para entregarle a la hija de un buscador de oro la escritura de propiedad de la mina. Al ser engañados por el propietario del salón y su mujer, deciden recuperar el documento empleando el procedimiento de los rateros: cuerdas, poleas... ¡y una mula! (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2009
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me confieso un gran admirador de los comediantes de La Edad de Oro norteamericana. A, Buster Keaton, lo considero grandioso y un completo artista. Hizo Cine con mayúsculas, pues, el talento estético, poético, dramático y humorístico, le corría por todas las venas. Harold Lloyd, alcanzó la cumbre -en varias acepciones- con, “Safety Last”, y también tuvo otros grandes momentos que lo hacen maravilloso e inolvidable. Charles Chaplin, aunque egocéntrico y divo, logró dos o tres obras inmortales y algunos cortos sumamente divertidos. Harry Langdon, y otros menores, también aportaron momentos muy agradables… y, LAUREL & HARDY, ¡Una maravilla! ¡Los más tiernos y divertidos! ¡Los más irreverentes! ¡Los que fascinaban por igual a niños y grandes! ¡Los más perversos y los más nobles! Todas las polaridades humanas se conjugaban en ellos, y demostraron un virtuosismo histriónico imposible de igualar. Todas las parejas cómicas que surgieron, desde entonces, inevitablemente bebieron de su fuente.

<<LAUREL Y HARDY EN EL OESTE>>, es una de esas películas que anhelaba desde hace décadas y no se me daba la ocasión de verla… ¡hasta ayer!, pues, los avances de la tecnología están haciendo realidad lo que parecía imposible, ¡y qué encanto de película! Una versión colorizada bellísima con la que pude sentir que estaba ante uno de los mejores largometrajes que haya podido hacer este par de genios. La aventura es bien simple: Llegan, Laurel & Hardy, a un pueblo llamado, Brushwood Gulch, en el lejano oeste (aunque si hubiera sido del este, el norte o el sur, daba lo mismo) y allí buscan en el bar -manejado por el corrupto Micky Finn-, a una chica llamada, Mary Roberts, a quien esperan entregarle el título de propiedad de una mina de oro que le dejó su padre, un socio del par de buenazos que acaba de morir.

La ambición se despierta en, Finn (interpretado por su archienemigo, el inimitable James Finlayson), quien les presenta, entonces, a una suplantadora, pero, pronto los chicos caerán en cuenta del gran error que han cometido, y se las ingeniarán como puedan para remediar las cosas y hacer que la justicia tome su lugar. Dos chicas entrarán en juego: Lola Marcel, la rubia y ambiciosa bailarina de la cantina, y Mary Roberts, una bella y modesta joven, quien hace las veces de cocinera del mismo establecimiento.

James W. Horne (quien dirigiera uno de los mejores cortos de la pareja, “Big Business”, y varios largos como, "Bonnie Scotland" o "The Bohemian Girl"), lo ha dado todo para lograr un filme visualmente hermoso y con unos efectos especiales en los estupendos gags, que seguro asombraron al público de la época y que, aún hoy, lucen admirables.

Especie de western–musical (hay tres temas en los que intervienen, Laurel & Hardy, con suma gracia... sobre todo, el primero, donde hacen una coreografía estupenda en plena calle), <<LAUREL Y HARDY EN EL OESTE>>, resulta ser un trozo de cine encantador, que valdrá la pena volver a ver, sobre todo porque éste par de clowns, con su sola presencia, consiguen que uno mantenga dibujada una sonrisa hasta que aparece la palabra fin...
y eso ya se merece el sello de la eternidad.

Título para Latinoamérica: <<ALLÁ EN EL LEJANO OESTE>>
Luis Guillermo Cardona
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