Es una película que, o te gusta mucho, o no la aguantas, debido a su lentitud propia del cine francés. Te das cuenta de su grandeza cuando ha terminado, y más aún si tienes la posibilidad de ver los extras, donde se dan suficientes razones para considerar esta obra una buena/buenísima película.
spoiler:
El atractivo principal reside en el papel de la improvisación. Mientras ves la película no percibes nada fuera de lo común en cuanto al guión, pero lo cierto es que, como se indica en los extras, hay varios momentos en los que los actores se ven obligados a improvisar. Uno de esos momentos es la GRAN escena de la cena, en la que el director, a la vez que actor, Pialat, irrumpe sin que ninguno de los presentes supiera que esto iba a ocurrir. Es una escena larga y totalmente improvisada. Es aquí donde realmente se aprecia lo buenos actores que son, y lo logrado que está el realismo que caracteriza esta película