Vale la pena disponer de tiempo para ir viendo cada episodio sin demasiado apuro. El supuesto basamento en los diez mandamientos, como idea no está mal, pero cada episodio aunque pueda estar referido a ello, en realidad es algo distinto. Es cierto que hay planteos éticos, pero también los hay estéticos, ciertos juegos con simbología posible, que se prestan para quienes valoran esas cuestiones.

Como espectador puedo decir que la serie como totalidad merece ser vista, no hacerlo es perder, lo que se pierde sin saberlo por allí no perturbe mucho, pero ver esta serie ayuda a pensar, a darle una vuelta más a cuestiones que de distinta manera nos interesan a los humanos. Verla es ganar.

Obviamente como en toda creación humana, hay altibajos, no sé si de la misma manera para cada espectador, por ello creo es bueno no atragantarse, devorando varios episodios a la vez, es una verdadera pena, no disponer de atención plena y por otro lado es como con las golosinas, una cada tanto se las saborea mejor.

He visto que en alguna crítica se tomaron el trabajo de puntuar cada episodio, son gustos, quisquillosidades de cada cual, respetables por cierto, yo ya no puedo hacerlo, tendría que volver a ver nuevamente cada episodio, tan abnegado no soy, tampoco tan soberbio ¿quien soy? apenas un espectador, no un profesor que califica.