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España España · O Carballiño
Voto de odaesu:
6
Drama. Romance Película dividida en tres episodios sobre el erotismo, la sensualidad y el amor. The Dangerous Thread Of Things, de Michelangelo Antonioni. Toscana. Durante un viaje a la costa, una pareja se enfrenta a crisis de su matrimonio. La pasión del marido se despierta con la aparición de una misteriosa joven. Equilibrium, de Steven Soderbergh. Nueva York, 1955. Un ejecutivo estresado tiene unos sueños eróticos recurrentes con una mujer que no ... [+]
24 de marzo de 2008
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eros es una película formada por 3 relatos dirigidos por el maestro Michelangelo Antonioni, Steven Soderbergh y Wong Kar-Wai.

Francamente me gustaría poder esgrimir algún comentario sobre los episodios de Soderbergh y Antonioni (que supone a mayores su testamento cinematográfico), pero por no recordar ya no recuerdo ni sus títulos. Lo único que se mantiene en mi subconsciente es la demoledora sensación de haber sido estafado, de haber gastado 1.5 euros para alquilar semejante bodrio. Mi desesperación llegó a tal nivel que apunto estuve de coger el dvd y tirarlo por la ventana, sin embargo mi cerebro dijo: “tranquilo, que aún falta el relato de Wong”. Y sí, ahora me doy cuenta de que acerté al mantenerme pegado a la televisión. La mano (así se llama el relato dirigido por el hong-konés) supone otro paso más en la edificación de ese mundo sensual, silencioso, musical, cálido y desolador ideado por Wong Kar-Wai. Ante los ojos del espectador se presenta una historia de amor (como siempre en Kar-Wai) imposible, personificada en personajes perdidos, confusos, autodestructivos.

Todo es tan bello, que te dan ganas de retener cada instante en la memoria, que deseas que el sufrimiento de los personajes no termine nunca, que se alargue, aunque diluido, en el tiempo. Llegado el final, puede asaltar al espectador 1 duda de carácter existencial: ¿Cómo pudieron enredar a Wong en semejante desbarajuste? Ni Soderbergh, ni Antonioni se toman su trabajo en serio, es más, se dedican a crear unos discursos del todo insustanciales, preñados de auto admiración, sentenciados a muerte por el síndrome del director-ego, más propio de Aronofski que de los directores de películas como Traffic, Sexo, Mentiras y Cintas de video, La Noche o Blow-Up.

Por suerte siempre nos quedará Kar-Wai, a pesar de que los exhibidores españoles tengan la desvergüenza de no estrenar su primera película americana: My Blueberry Nights.
odaesu
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