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España España · West Coast
Voto de Dabi:
6
Comedia. Drama Jojo "Rabbit" Betzler (Roman Griffin Davis) es un solitario niño alemán perteneciente a las Juventudes Hitlerianas que ve su mundo puesto patas arriba cuando descubre que su joven madre Rosie (Scarlett Johansson) esconde en su ático a una niña judía (Thomasin McKenzie). Con la única ayuda de su mejor amigo imaginario, el mismísimo Adolf Hitler (Taika Waititi), Jojo deberá afrontar su ciego nacionalismo con las contradicciones de una guerra absurda. (FILMAFFINITY) [+]
23 de diciembre de 2019
171 de 220 usuarios han encontrado esta crítica útil
Taika Waititi ha tenido una década muy interesante. Su estupendo mockumentary Lo que hacemos en las sombras vio la luz en 2014 y se ha ido convirtiendo poco a poco en una de las películas de culto de la década. En 2016 enamoró al público de Sundance con la comedia de aventuras Hunt for the wilderpeople, y tan solo un año después plantó su sello en Marvel, la propiedad cinematográfica más valiosa del momento, con una Thor: Ragnarok que revitalizó al personaje de Thor y que es probablemente una de las mejores películas de la saga. Dos años después nos trae Jojo Rabbit, una comedia sobre la Segunda Guerra Mundial que le hizo ganar el People's Choice en Toronto, el premio más importante de todo el Festival. La anterior ganadora de este premio fue Green book en su camino al Oscar a mejor película el año pasado.

¿Que por qué menciono Green book? Pues porque una vez vista Jojo Rabbit, se entiende que ambas ganaran el mismo premio, ya que, aunque el trabajo que nos ocupa me parezca superior, sí que creo que comparten ciertas similitudes. Ambas cogen un tema delicado (el racismo en la década de los 60 en Estados Unidos vs el antisemitismo nazi durante el Tercer Reich) y lo convierten en una comedia dramática bastante accesible para el gran público. He leído en varias ocasiones que Jojo es una película irreverente, y no puedo estar más en desacuerdo. De hecho, creo que aborda el asunto con muy poco riesgo. Parodiar a los nazis no es algo novedoso, y el tratamiento en esta película es bastante inocuo. La interpretación de Hitler que hace Taika Waititi es moderadamente divertida, y su función de contrapunto es efectiva a la hora de retratar el conflicto psicológico de Jojo, pero el humor de la película es bastante blanco, le falta mala leche. Que oye, tampoco me parece mal. El resultado es simpático, y la progresión temática de la relación entre Jojo y Elsa es tierna, previsible, a menudo sensible y ocasionalmente sentimentaloide. Funciona. Ahora bien, ¿irreverente? Vamos, no me jodas. Irreverente es Ser o no ser.

En mi opinión, el punto fuerte de la película está en las interpretaciones. La vena cómica de Taika está más que demostrada a estas alturas, aunque en ocasiones se acerque demasiado al sketch. El debutante Roman Griffin Davis hace un trabajo más que sólido y Sam Rockwell y Scarlett Johansson (vaya pedazo de año está teniendo esta mujer) están fantásticos. Dicho esto, para mí quien se hace con la película es la magnética Thomasin McKenzie, quien ya demostró el año pasado que es una de las promesas actorales de su generación con su papel en Leave no trace. Por el contrario, Rebel Wilson repite el tipo de interpretación que lleva haciendo siete u ocho años, y ya me empieza a dar bastante pereza.

En el resto, Jojo Rabbit es lo suficientemente solvente. La banda sonora, con clásicos de la música pop cantados en alemán, es una idea interesante. La factura técnica está muy en sintonía con el resto de trabajos independientes de Waititi. Encuadres simétricos pero alejados de la obsesiva perfección formal de Wes Anderson, cámaras sobre todo estáticas, montajes al servicio de la comedia. En este aspecto, todo bien, pero tampoco nada para tirar cohetes.

En resumen, como pasó el año pasado con Green book, creo que Jojo Rabbit acabará siendo una de las películas del año, y a mucha gente le flipará. A mí me ha gustado, especialmente por la calidad de sus interpretaciones y la absurdez de buena parte de su comedia, pero me parece demasiado segura para ser una sátira. Su intención no es provocar, sino trasmitir un mensaje de fraternidad y de igualdad de una manera afable y asequible. Una decisión noble y muy loable, no digo que no, pero personalmente el resultado me parece correcto, no memorable. A pesar de eso, la recomiendo, pero tienes que saber lo que vas a ver. Si la falta de veneno y el mínimo atisbo de sensiblería son cosas que te echan para atrás, tal vez Jojo Rabbit no sea tu película.

Calificación: Recomendable
Dabi
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