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Voto de lyncheano:
8
4,9
16.121
Terror
Trish Jenner (Gina Philips) y su hermano menor Derry (Justin Long) cruzan los Estados Unidos en coche, en un viaje largo y aburrido cuya monotonía sólo se rompe por sus continuas discusiones. De pronto, en mitad de ninguna parte, descubren una iglesia abandonada cuyo tejado está cubierto por una espesa bandada de cuervos y ven como un misterioso personaje arroja un bulto al interior de una gran boca del alcantarillado. A partir de ese ... [+]
6 de septiembre de 2007
68 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas pequeñas joyas del cine de horror que surgen una vez cada un millón dentro del batiburrillo sanguinolento, bobalicón y adolescente en que se ha ido convirtiendo el género cinematográfico por excelencia, que es el terror, al cabo de los años. Jeepers Creepers es endiabladamente inteligente, maliciosa y horrenda, pues infunde terror del bueno, de ese que vive agazapado en la boca del estómago esperando a que la tensión acabe por triturar nuestros nervios y no al susto facilón que acaba en el mismo instante de producirse. Los que amamos el cine de terror sabemos discernir perfectamente entre estas dos sensaciones, y desde luego Jeepers Creepers cae del lado del grano, no de la paja. Tenemos todos los elementos que uno pueda desear a la hora de ir al cine: vastos campos de maíz que se pierden en el horizonte, pareja de hermanos recorriendo en un destartalado coche las solitarias y austeras carreteras de la América profunda, y un terrible monstruo caníbal acechando. A priori resulta verdaderamente sugerente, y si a esto le unimos una brillante dirección, una inteligencia propia de Alfred Hitchcock a la hora de generar suspense y mantener a la audiencia en tensión, los personajes y escenarios justos para no sobrecargar la trama, ciertas dosis de humor negro sin caer en absoluto en la chabacanería, y una resolución óptima, sin giros absurdos ni demostraciones inusitadas de valor humano... entonces tendremos la obra maestra de terror que resulta ser ''Jeepers Creepers''. Las actuaciones, sin llegar a ser brillantes, son lo suficientemente creíbles para que el director pueda sacar de ellas lo que quiere. Y de hecho lo que quiere es dar miedo. Miedo basado en diferentes estrategias, todas ellas impuestas en su momento justo, lo que resulta también verdaderamente sorprendente para los tiempos que corren. or.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Así tenemos el miedo basado en el factor sorpresa: la camioneta que arremete contra los jóvenes muchachos al comienzo del film; el miedo basado en la intuición y el reconocimiento de haber traspasado sin querer una barrera de no retorno: momento cumbre en el que los dos hermanos ven a la terrible figura arrojando lo que parecen ser sucias bolsas de plástico por una especie de desague, y este repara de inmediato en la presencia no deseada de ambos adolescentes. También tenemos miedo al más puro estilo hitchcockiano (o para ser más actuales, algo parecido a lo que nos tiene acostumbrados Shyamalan), esperando a que salten los resortes del pánico: la escena en la que el muchacho decide volver y comprobar qué contenían esas bolsas de plástico; miedo con raíces gore o más bien sangrientas: el desmembrado empapelamiento humano con el que la criatura parece haber decorado su más sórdido escondrijo; miedo por el desconocimiento que el espectador posee de todo este asunto, pues jamás se nos explica más de lo que vemos por los ojos de nuestros protagonistas (nada más cierto de la macabra realidad, como comprobaremos en el brillante final) y por supuesto los miedos que más temíamos como paciente público: el de la inefable, inexorable e inútil huída ante la persecución de un monstruo que se nos antoja inmortal; y el de la horrible (y a la vez dulce) certeza de no poder esperar por todo ello un final feliz. En cuanto al monstruo, personalmente creo que es una de las más brillantes encarnaciones que se hayan hecho jamás del mal: morfología antropomorfa, blindadura de gruesas y asquerosas pieles encostradas, cara de demonio con larga y untuosa lengua, alas de murciélago, vestiduras de vaquero del oeste: con largo abrigo y sombrero de ala ancha, y sobre todo esa feliz idea de no dotarle de palabra durante el metraje, sólo de grotesca pero reveladora mímica, y esa sonrisa acolmillada que resulta escalofriante. Poco me queda por decir de esta película, sólo que tuvo un éxito considerable en taquilla (al menos en la americana), pero una consideración bastante efímera (pocos se acuerdan de ella hoy en día) que desde luego no merece, pues los que amamos el cine de horror la guardamos en el cajón especial de las maravillosas revelaciones, esperando que algún día podamos traspasarla definitivamente al añejo y dorado cajón de los clásicos incontestables del género