Estoy totalmente de acuerdo en que el guión desaprovecha las posibilidades de la historia. A la mayoría de nosotros seguro que se nos ocurrirían mejores cosas que hacer, o al menos más inquietantes, que andar por ahí con una máscara de látex asustando a niños, violando a nuestras vecinas y espiando a nuestras ex.
Pero, en mi opinión, la película se salva por dos cosas: por el inquietante físico de Kevin Bacon y por unos efectos especiales IMPRESIONANTES, de lo mejorcito que se ha hecho en toda la historia del cine: han pasado seis años y todavía me siguen pareciendo cojonudos, incluso mejores de lo que se está consiguiendo en las últimas megaproducciones.