22 de enero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recomiendo absolutamente esta serie de sobrios decorados y excelsos guiones, con un reparto encabezado por una Glenda Jackson en estado de gracia, interpretando la inteligente Elizabeth, cualidad que supone el principal atractivo de la trama, ya que Su Majestad se ve obligada a lidiar con auténticos parásitos y tiburones que rodean la cúpula del poder real, desde los interesados y barrigones obispos hasta amantes de lo más trepas, o enemistades con otras coronas europeas que la llevarán a plantearse incómodos matrimonios. Sin embargo, la Elizabeth de Glenda es un torrente de carácter, de frialdad y de firmes principios de los que si no hubiera hecho gala la auténtica reina (a la que la historia se ha encargado de apodar como la Reina Virgen), seguramente hubiera sido una cabeza más de la colección de la familia Bolena.
Cada episodio ronda los 80 minutos, en continuidad, pero les recomiendo que tomen cada uno como una unidad cerrada, como si de un lujoso telefilme de la BBC se tratase. Yo, personalmente, considero su primer entrega como uno de los mejores momentos de la televisión inglesa (todo, claro está, bajo mi humilde y somero conocimiento televisivo.
Conflictos de religiones; disputas por el trono; represión sexual; decadencia; vejez; diálogos chispeantes; Lo dicho, ¡una serie a reivindicar!
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