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Voto de Hartigan:
10
7,4
13.856
Serie de TV. Animación. Aventuras. Comedia. Fantástico
Serie de TV (1999-Actualidad). Más de 1000 episodios. Riqueza, fama, poder... un hombre que había obtenido todo en este mundo. El "Rey de los Piratas" Gold Roger. Antes de morir sus últimas palabras inspiraron al mundo a aventurarse al mar: "¿Mi tesoro? Si lo queréis es vuestro... Se lo daré a aquel que lo encuentre. He escondido todos mis tesoros en ESE LUGAR". El mundo ha entrado en la "Gran Era de la Piratería". La Gran Era de la ... [+]
25 de noviembre de 2011
84 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaré con un poco de repaso de matemáticas. Van, a día de hoy, 524 episodios, de unos veinte minutos cada uno, lo que hacen, con un redondeo generoso, 13000 minutos de anime. Esto quiere decir que llevaría algo más de nueve días (sin dormir, claro) ponerse al día si se empezara hoy por el primer capítulo. Aún sin llegar a ese extremo, sin duda exige un grado extremo de ¿dedicación? llegar a ver tal cantidad de episodios de una serie de dibujos, de hecho, tanta dedicación, que no tiene sentido preguntarme qué opino de “One Piece”. Los números no mienten: me encanta. Aún después de más de tres años siguiéndolo, sigo esperando con ilusión semanal el siguiente episodio de una historia que no sólo ha alcanzado el techo de lo que este tipo de animes pueden ofrecer, sino que ha establecidos cotas probablemente inalcanzables.
Por eso me uno a toda esa buena gente que clama con entusiasmo sectario que este anime es impresionante. De hecho es tan exagerado el entusiasmo de sus seguidores que la reacción natural de quien no lo ha visto nunca o lo ha dejado es la duda y la sospecha, más cuando estamos hablando de unos dibujos de un pirata de goma que actúa como un niño de cuatro años. El escepticismo es comprensible cuando, además, la idea no perece tan distinta de la de otros animes de peleas del estilo como Bleach o Naruto.
La diferencia está en el estilo visual y el concepto. Una de las claves sin duda es la genial y original idea de, dejando un poco de lado la cultura oriental, coger la figura de los piratas del siglo XVII, darles superpoderes y un objetivo común y soltarlos en el mundo más original visualmente jamás imaginado (ni James Cameron) para que luchen por sus sueños. Si ya el punto de partida es de una creatividad bestial, es cuanto menos sorprendente la imaginación que demuestra el autor en el diseño de cada uno de los innumerables personajes y localizaciones, solo al alcance de los genios y de los niños. Cada una de las islas es un mundo extraño y único, siempre con detalles diferenciadores geniales, que van desde el clima o localización hasta la realidad social del lugar. Como muestra, la isla voladora tiranizada por un Dios demente o el paraíso de los travestis.Y lo mejor es que no se buscan explicaciones pseudocientíficas para las locuras que se le van ocurriendo a Oda, ni tampoco son necesarias. Todo en “One Piece" está impregnado de la lógica implacable de los sueños (¿Por qué comer las frutas que dan superpoderes implica no poder volver a nadar? Pues porque sí, y ya está).
Pero donde “One Piece” arrolla a cualquier otro anime es en sus personajes y las historias de éstos, ya sean emotivas, trágicas, ridículas o hilarantes (o todo a la vez). Lógicamente, Luffy no se va a convertir en el Rey de los Piratas sin ayuda, así que se va rodeando de personajes con los que traba amistad durante sus aventuras y que se irán uniendo a la banda de los Sombrero de Paja.
*Falta espacio, sigue en spoiler*
Por eso me uno a toda esa buena gente que clama con entusiasmo sectario que este anime es impresionante. De hecho es tan exagerado el entusiasmo de sus seguidores que la reacción natural de quien no lo ha visto nunca o lo ha dejado es la duda y la sospecha, más cuando estamos hablando de unos dibujos de un pirata de goma que actúa como un niño de cuatro años. El escepticismo es comprensible cuando, además, la idea no perece tan distinta de la de otros animes de peleas del estilo como Bleach o Naruto.
La diferencia está en el estilo visual y el concepto. Una de las claves sin duda es la genial y original idea de, dejando un poco de lado la cultura oriental, coger la figura de los piratas del siglo XVII, darles superpoderes y un objetivo común y soltarlos en el mundo más original visualmente jamás imaginado (ni James Cameron) para que luchen por sus sueños. Si ya el punto de partida es de una creatividad bestial, es cuanto menos sorprendente la imaginación que demuestra el autor en el diseño de cada uno de los innumerables personajes y localizaciones, solo al alcance de los genios y de los niños. Cada una de las islas es un mundo extraño y único, siempre con detalles diferenciadores geniales, que van desde el clima o localización hasta la realidad social del lugar. Como muestra, la isla voladora tiranizada por un Dios demente o el paraíso de los travestis.Y lo mejor es que no se buscan explicaciones pseudocientíficas para las locuras que se le van ocurriendo a Oda, ni tampoco son necesarias. Todo en “One Piece" está impregnado de la lógica implacable de los sueños (¿Por qué comer las frutas que dan superpoderes implica no poder volver a nadar? Pues porque sí, y ya está).
Pero donde “One Piece” arrolla a cualquier otro anime es en sus personajes y las historias de éstos, ya sean emotivas, trágicas, ridículas o hilarantes (o todo a la vez). Lógicamente, Luffy no se va a convertir en el Rey de los Piratas sin ayuda, así que se va rodeando de personajes con los que traba amistad durante sus aventuras y que se irán uniendo a la banda de los Sombrero de Paja.
*Falta espacio, sigue en spoiler*
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cada uno de los personajes protagonistas tiene un carácter único que suele dar mucho juego a lo largo de la historia. (Sanji y su debilidad por las féminas, la negatividad de Ussop, los despistes de Zoro,…). Estos personajes centrales van evolucionando paulatinamente y acercándose los unos a los otros, desarrollando el tema central de amistad de la serie.
Aparte del mejor grupo de protagonistas que se pueda ver en un anime se nos van presentando hordas y hordas de los personajes más variopintos. Como los villanos, todos con habilidades que van de lo siniestro a lo ridículo (o que incluso lo combinan). Incluso hay personajes de relleno que sólo salen en un episodio y que son memorables. Destaca además la capacidad de Oda para reciclar personajes de arcos anteriores de la historia para darles nuevo protagonismo, siempre en beneficio de la historia. Los personajes son tan brutales que incluso cuando la historia se ralentiza o en los (escasos) capítulos de relleno, es un placer pasar el rato con los Sombrero de Paja.
El desarrollo de la historia da siempre la impresión de estar abierto a un sinfín de posibilidades mientras, como toda gran odisea, se va acercando lentamente al final prefijado. A medida que se va profundizando más en los personajes y el mundo se va expandiendo, la historia desarrolla tramas mucho más épicas, complejas y dramáticas. Como por ejemplo la Saga de Arabasta, una jugosa historia con conspiraciones, rebeliones, engaños, politiqueo y uno de los mejores villanos que he visto, superada más adelante por sagas más dramáticas y épicas como la del CP9, Impel Down o Marineford, con un desarrollo más profundo de los personajes.Hay algo anómalo en “One Piece”, esa capacidad de mantener a uno enganchado a una historia tan larga es algo formidable, y sólo encuentra explicación en la gran maestría de Oda como narrador de historias.
¿Llegará el día en que termine One Piece? Probablemente. Todas las cosas, incluso las que parecen tener posibilidades infinitas, acaban llegando a un final. Sólo falta saber si dicho final cumple con las expectativas. He decidido hacer esta crítica a lo que, según ha insinuado Oda es la primera mitad de la historia. Supongo que dice mucho de este anime que la reacción ante la expectativa de 10 años más de historia sea de absoluta felicidad. Es verdad que cuanto más se prolongue la serie en el tiempo más probabilidades hay de que termine por suicidio asistido, ya que será más complicado encontrar nuevas tramas que mantengan el interés en la historia y cada vez será más difícil sorprender. Sin embargo, aunque a partir del día de hoy “One Piece” se convirtiera en un bodrio, ya habría conseguido más de lo que la mayoría de los animes pueden llegar a soñar. Pero si las últimas sagas son síntoma de algo, parece que los fans tendremos entretenimiento de calidad para rato. Eso sí, espero vivir lo suficiente como para ver el final.
“¡Los sueños de los hombres nunca mueren!” Marshall D. Teach
Aparte del mejor grupo de protagonistas que se pueda ver en un anime se nos van presentando hordas y hordas de los personajes más variopintos. Como los villanos, todos con habilidades que van de lo siniestro a lo ridículo (o que incluso lo combinan). Incluso hay personajes de relleno que sólo salen en un episodio y que son memorables. Destaca además la capacidad de Oda para reciclar personajes de arcos anteriores de la historia para darles nuevo protagonismo, siempre en beneficio de la historia. Los personajes son tan brutales que incluso cuando la historia se ralentiza o en los (escasos) capítulos de relleno, es un placer pasar el rato con los Sombrero de Paja.
El desarrollo de la historia da siempre la impresión de estar abierto a un sinfín de posibilidades mientras, como toda gran odisea, se va acercando lentamente al final prefijado. A medida que se va profundizando más en los personajes y el mundo se va expandiendo, la historia desarrolla tramas mucho más épicas, complejas y dramáticas. Como por ejemplo la Saga de Arabasta, una jugosa historia con conspiraciones, rebeliones, engaños, politiqueo y uno de los mejores villanos que he visto, superada más adelante por sagas más dramáticas y épicas como la del CP9, Impel Down o Marineford, con un desarrollo más profundo de los personajes.Hay algo anómalo en “One Piece”, esa capacidad de mantener a uno enganchado a una historia tan larga es algo formidable, y sólo encuentra explicación en la gran maestría de Oda como narrador de historias.
¿Llegará el día en que termine One Piece? Probablemente. Todas las cosas, incluso las que parecen tener posibilidades infinitas, acaban llegando a un final. Sólo falta saber si dicho final cumple con las expectativas. He decidido hacer esta crítica a lo que, según ha insinuado Oda es la primera mitad de la historia. Supongo que dice mucho de este anime que la reacción ante la expectativa de 10 años más de historia sea de absoluta felicidad. Es verdad que cuanto más se prolongue la serie en el tiempo más probabilidades hay de que termine por suicidio asistido, ya que será más complicado encontrar nuevas tramas que mantengan el interés en la historia y cada vez será más difícil sorprender. Sin embargo, aunque a partir del día de hoy “One Piece” se convirtiera en un bodrio, ya habría conseguido más de lo que la mayoría de los animes pueden llegar a soñar. Pero si las últimas sagas son síntoma de algo, parece que los fans tendremos entretenimiento de calidad para rato. Eso sí, espero vivir lo suficiente como para ver el final.
“¡Los sueños de los hombres nunca mueren!” Marshall D. Teach