Las películas que recrean las gestas deportivas, sobre todo si están basadas en hechos reales, suelen presentarse recubiertas de una espesa capa de almíbar. No vamos a decir que ésta sea una excepción, pero las andanzas de este camarero reconvertido en estrella del fútbol americano se muestran por encima de la media de este tipo de filmes. Tampoco conozco la biografía del ensalzado, así que no sé hasta qué punto los acontecimientos son un reflejo de lo que en realidad pasó. No creo que eso sea lo fundamental. Los aspectos estéticos, en especial banda sonora y fotografía están bien trabajados, y cuenta entre sus protagonistas con buenos actores como Kinnear y con otros no tan buenos, como el propio Wahlberg, pero cuyas envidiables condiciones físicas le convierten en intérprete ideal para la ocasión. La narración es ágil y los personajes son creíbles, dando como resultado una hora y media de cine digno y entretenido, que ya es bastante.