Hay historias que a uno le motivan bastante poco a la hora de colgar una opinión, por escueta e inconsistente que sea. Ésta es una de ellas. A la película de Donaldson le encuentro un defecto principal y alguno que otro secundario. El gordo es que determinados aspectos de la trama no quedan suficientemente explicados, así que te quedas con la duda de si el director no está a la altura narrativa o si, por el contrario, plantea un juego tan sutil que, si no entras en él, pierdes el hilo. Cómo están las cabezas, Manolo. Conociendo a Donaldson, me decanto claramente por la primera posibilidad. Además, hay personajes absurdos, como el de Will Patton, cuyas motivaciones rayan en lo delirante. Otras cuestiones que no me entusiasman son la bobalicona e híper manida parte inicial, con escenita de cama y horrísono videoclip de fondo, tan típico de los ochenta. O las absurdas carreras que se pega Costner de fotograma en fotograma. Entretenidilla, siendo muy generoso.