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Voto de Taylor:
9
7,8
14.181
1 de septiembre de 2010
38 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es un western? ¿un romance? ¿un melodrama? ¿una tragedia de inconfundible tinte griego? ¿alguien podría clasificarla? No, no lo creo. Porque más allá de todo eso, “Johnny Guitar” es -fundamentalmente- una peli inclasificable. Una peli demasiado grande para poder delimitarla tan fácilmente. Una peli que trasciende las divisorias de cualquier topic que se os ocurra para situarse, simple y llanamente, en ese sacrosanto tabernáculo en el que encontramos a los mejores films de todos los tiempos.
Hay, sin lugar a dudas, algo mágico en ella. Algo mágico, hipnótico y adictivo. Algo que no te deja indiferente y que te induce a amarla o a odiarla con la misma intensidad. Quizás sea la penetrante mirada de Vienna, el enigmático pasado de Johnny, la magistral partitura de Young, su ineludible lectura cromática o ese desbordante torrente de aforismos con el que podrías empapelar tu casa. No lo sé. Posiblemente todo se deba a quien con tanto talento supo coordinar todos esos componentes. Nicholas Ray. Un cineasta en estado de gracia cuya triste y agria mirada consiguió imbuir en este peliculón una atmósfera tensa, angustiosa, irrespirable. Una atmósfera que no da tregua al espectador en ningún momento y que lo lleva en volandas hasta la catarsis final. Y de ahí, a uno de los más románticos y estremecedores desenlaces del séptimo arte.
Como vulgarmente se dice, obra maestra.
Próxima entrega, "Duelo en la alta sierra", de Sam Peckinpah.
Hay, sin lugar a dudas, algo mágico en ella. Algo mágico, hipnótico y adictivo. Algo que no te deja indiferente y que te induce a amarla o a odiarla con la misma intensidad. Quizás sea la penetrante mirada de Vienna, el enigmático pasado de Johnny, la magistral partitura de Young, su ineludible lectura cromática o ese desbordante torrente de aforismos con el que podrías empapelar tu casa. No lo sé. Posiblemente todo se deba a quien con tanto talento supo coordinar todos esos componentes. Nicholas Ray. Un cineasta en estado de gracia cuya triste y agria mirada consiguió imbuir en este peliculón una atmósfera tensa, angustiosa, irrespirable. Una atmósfera que no da tregua al espectador en ningún momento y que lo lleva en volandas hasta la catarsis final. Y de ahí, a uno de los más románticos y estremecedores desenlaces del séptimo arte.
Como vulgarmente se dice, obra maestra.
Próxima entrega, "Duelo en la alta sierra", de Sam Peckinpah.