Esperaba muchísimo, y creo que con razón, de una comedia como “Tropic Thunder” capaz de reunir al, posiblemente, más brillante actor actual de comedia inteligente (Ben Stiller), a un actor de los serios pero con más dotes para el humor que algunos cómicos (Robert Downey) y a Jack Black que, cuando quiere, también puede hacer reir de manera medianamente inteligente.

Esperaba mucho, como decía, y a lo mejor por eso me he quedado un poco decepcionado. No porque no tenga gracia (que la tiene y mucha) ni porque no me haya reído (que lo hice abundantemente y con ganas), sino porque no ha evitado la equidistancia ni el intentar encorsetar los gags dentro de un argumento coherente y ha caído víctima de los complejos a posibles críticas por hacer cine exclusivamente de entretenimiento, fuera de los parámetros del cine “académico” que exige una introducción, un nudo, un desenlace, una presentación y desarrollo de personajes…

Lo que provoca que lo que podría ser la comedia de la década se termina quedando en una película de aventuras con gracia, sin la suficiente habilidad para ser cine de acción ni el suficiente desmadre como para perdonar los momentos de transición entre puntazo y puntazo.

Una lástima. Supongo que Stiller quedó traumatizado por el ensañamiento que sufrió la estupenda, incrompendida e infravalorada “Zoolander” y supuso que no se puede contar con que la gente ponga de su parte para entender la ironía fina y la parodia sutil, por lo que intentó contentar a todo el mundo haciendo una comedia con un patrón más clásico. Una lástima, insisto. Preparaos para reír, incluso para descojonaros, pero no de manera continuada… Aún así hay que verla porque los momentos de mala leche son de aflojar el esfínter y porque algunos de los protagonistas son capaces de provocar hilaridad moviendo una ceja.