La historia es sencilla y habrá quien diga que es lo mismo de siempre: unas revueltas en un país del África negra, unos militares/paramilitares con ganas de practicar un poco de genocidio con unos civiles por el hecho de ser un poco más negros o un poco menos negros que ellos, unos misioneros americanos en medio, un comando SEAL a su rescate y una decisión difícil: solo me dejan evacuar a los misioneros blancos, no a civiles y heridos negros… ¿qué harán los SEAL cuando los blancos no quieran irse abandonando a los heridos africanos? Vale sí, exactamente eso, cumplir órdenes, meter a los misioneros a hostias en los helicópteros y volver a los portaviones a comerse unos merecidos whoppers, pero… ¿qué haría un comando SEAL comandado por BRUCE WILLIS en esa situación?

Pues, afortunadamente, eso mismo que estáis pensando. “Afortunadamente” porque en lugar de una película de 20 decepcionantes minutos en los que los SEAL entran y salen, tenemos casi dos horas de bien rodadas penurias en la jungla, bien rodadas escenas de Monica Belucci sudando su holgada y escotada camisa, bien rodadas escenas de acción, napalm y tiros por doquier en cuidadas escenas de combate…

Vamos, puro cine comercial… pero de los de cinco estrellas: muy bien hecho y entretenido a más no poder.