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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Ciencia ficción Escándalos y celebraciones estrechan los lazos entre los sensate mientras intentan rehacer sus vidas y frenar a Whispers. Especial de Navidad de Sense8. (FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera temporada de 'Sense 8' no me gustó.
Demasiado folleteo sin sentido, demasiado cumbayá al ritmo de un mismo son, y una sensibilidad respecto a los temas raciales/LGTB bastante plana.
Los diferentes muy buenos y los demás muy malos; salvo alguna buenísima idea visual o de montaje, la cosa no pasaba de ahí.

Este especial de navidad, sin embargo, aprovecha ese trasfondo para construir, en lugar de para dar más de lo mismo: en un audiovisual dominado por la repetición, parece que 'Sense 8' apuesta por el desarrollo.
Y me da la sensación de que por fin nos están contando algo con gancho, como lo enormemente complicado que es mantener tu identidad sin dejar que te cuelguen etiquetas.
Lo visto anteriormente parece cobrar un sentido, y me doy cuenta de que los Wachowski solo han estado jugando, cuando son capaces de concentrar en un graffiti de la pared toda la rabia y frustración que reside en no poder vivir como eres.

Tras la conclusión de la primera temporada, todo parecía encaminarse a un futuro esperanzador, pues cada uno de los ocho había adquirido conciencia de los demás y todos se sentían como una familia.
Pero, como cualquier buena secuela, las complicaciones son lo que sigue al bonito final: sus vidas se han visto afectadas por lo que sucedió mientras se sentían unos a otros, rompiendo un status quo que antes era cómodo y fácil, convirtiéndoles en proscritos y acosados, no solo para los Whispers sino para el resto del mundo.
Siguen existiendo los "momentos de comunión" con los que a la serie le gusta recrearse (es decir, sexo de todos en todas partes del mundo), pero me parecen más bonitos, más validos si se quiere, cuando sentimos que su intensidad viene por oposición a todo lo malo que rodea a los ocho: mentiras que los demás quieren que vivas para encajar, matones amparados por la ley, simple y puro prejuicio... el calor humano parece más un arma para sobrevivir a todo eso que algo gratuito como parecía anteriormente.

Los hombres poderosos en la sombra podrán seguir hablando de la supuesta fragilidad humana, o incluso alguno de los ocho como Wolfgang deja caer una pesada capa de cinismo sobre lo que vaya suceder.
Pero un gran mensaje que deja este especial es que "este es el siglo XXI, gente". Y los prejuicios, las hostilidades y las fronteras son más invisibles que nunca.
La conexión entre las personas no debería serlo. A la espera de la segunda temporada, parece algo maravilloso que compartir esta Navidad.
Charles
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