El título ya alude claramente al subgénero al que se refiere y del que es un homenaje: "amarillo" en inglés, o sea, "giallo" en italiano. Sería lo que se viene a llamar neo-giallo y de hecho tiene los guiños típicos a lo largo de sus escasos veinte minutos de metraje, asesino enmascarado (esta vez con máscara de cuero incluida, con una estética que dicen muy 'leather') que utiliza una cuchilla, música al estilo ochentero, que me parece también uno de sus grandes aciertos y una fotografía típica del género, utilizando el cromatismo y los tonos rojos en ocasiones, homenajeando por tanto al gran Bava y al estupendo discípulo Dario Argento. Diría que tiene algo de Fulci en la escena de la cuchilla y el ojo, además de inevitablemente recordarme la mutilación ocular que tan famosa hizo a la surrealista obra de Buñuel, "Un perro andaluz". Pienso que el corto es un respetuoso homenaje, más que la burda imitación de este subgénero que a veces hacen, subgénero que muchos no queríamos que hubiera muerto, pero que con el paso del tiempo se dejó de hacer, aunque vemos que sí que dejó mucha huella. Para mí otro aliciente fue la lograda estética y una cierta elegancia que tiene.
En la historia, un hombre mayor es el que investiga y persigue al asesino en serie, una historia de perseguidor y perseguido.