Point Pleasant es un pueblo que ya puede sonar familiar a los aficionados al misterio. Allí es donde se produjeron las apariciones del extraño “Mothman”, que también fueron llevadas al cine en una película con Richard Gere.
Pero no va de eso esta serie, a no ser que tuvieran pensado hacer algo con ello en alguna temporada futura que nunca llegó. Realmente, nos encontramos ante una versión suave y juvenil de lo que ya nos contaron de manera terrorífica en “La profecía”.
Christina es una chica que aparece misteriosamente en el pueblo, y que, aunque ni ella misma lo sabe, lleva una fuerza oscura en su interior. No creo que sea ningún “spoiler” el título de mi crítica, porque eso se intuye en el primer episodio y ya se desvela claramente en el segundo. Además, el que no sepa lo que representa el símbolo de su iris, es que no vio el famoso film de Richard Donner, o ha visto muy poca ficción de este tema.
Está más claro que el agua que los productores no tenían previsto que solo se quedara en una temporada. Los misterios de Christina se van resolviendo de manera tranquila, quedando todo adornado con otras tramas familiares y juveniles para rellenar tiempo. Los líos de celos y amores de estos chavales, no son empalagosos ni estropean el resultado de “Point Pleasant”, de todas formas.
Seguramente, uno de los pilares argumentales iba a ser la lucha interna entre el bien y el mal que tiene que sufrir la protagonista, que a diferencia de Damien Thorne, tiene un poquito más de control sobre su destino. Habría sido muy interesante ver cómo se hubiera desarrollado esto.
Más o menos, equilibran bien el misterio con todo lo demás. Eso sí, miedo no da ninguno. Los niños podrían verla perfectamente sin que vayan a tener pesadillas.
Es una serie bastante entretenida, a pesar de su poco éxito y de la falta de caras conocidas. Solo conocía de antes a Dina Meyer, y de después (“Breaking bad”) al jovencísimo Aaron Paul y a Robert Knepper, que prácticamente son extras aquí.
Es una pena que quedara cancelada en la primera temporada. Siempre nos quedaremos con las ganas de saber lo que pasaría al final con Christina. Por cierto, a este nombre solo le falta una letra “T” para poder formar la palabra “Antichrist”. Estoy seguro de que eso no es ninguna casualidad.