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España España · Madrid
Voto de Naran:
6
Drama Inglaterra, siglo XVIII. Hermosa, sofisticada y adorada por el pueblo, Georgiana (Knightley) fue la mujer más fascinante de su época. Casada muy joven con uno de los hombres más ricos de Inglaterra, el Duque de Devonshire (Fiennes), fue confidente íntima de ministros y mantuvo excelentes relaciones con la Casa Real. Llegó a ser también un icono de la moda, y su influencia en el Partido Liberal fue notable. Sin embargo, fracasó ... [+]
6 de abril de 2009
49 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Georgiana fue la mujer más fascinante de su época, el siglo XVIII. Pero mientras que su belleza y su carisma le forjó un nombre en la historia, el amor siempre se le escapó. Casada muy joven con uno de los hombres más ricos de Inglaterra, el Duque de Devonshire, fue confidente íntima de ministros y la Casa Real, llegando a ser un icono de la moda, madre adorada e influyente política para el partido liberal. Sin embargo, en el núcleo de su historia está la búsqueda desesperada de afecto y amor. Desde el apasionado pero fatídico romance con Earl Gray hasta el complicado triángulo amoroso con su marido y su mejor amiga Lady Bless Foster.
Siempre me han gustado mucho las películas de época, las intrigas cortesanas, los amores secretos, el artificio que esconde pasiones humanas, los juegos, las miradas furtivas, las declaraciones que no se hacen. "Los vestidos son la forma por los que las mujeres se expresan". Por qué no.
La duquesa parece un exponente perfecto: rezuma aroma inglés por los cuatro costados, viene avalada por su Oscar al mejor vestuario, un reparto bastante lujoso encabezado por una Keira Knightley bastante curtida en estas lides y un diseño muy cuidado. En efecto, La duquesa está bien hecha, y como la protagonista, es fascinante, bella y carismática... Una de tantas.
¿Qué falla? Que Saul Dibb no tiene la estrella de Joe Wright y cuenta con un guión demasiado lento (¿un desenlace demasiado repentino y poco hilado?) y la película se hace larga, muy larga. Que Keira Knightley es una repetición continua de gestos, que ese amor repentino con el señor Grey, de los que tanto a mí me gustan, no me emociona. Que según la prensa, quiere ser un retrato moderno al estilo Diana, aun a costa de ciertas incongruencias argumentativas... O que podría ser perfectamente una de las trabajadas miniseries que vemos los fines de semana en televisión, un best-seller más.
Pero merece la pena. Por ser una más, si te gusta el género, porque repite todas las convenciones, y, al fin y al cabo, es bonita. Y porque las películas aburridas en buena compañía... se vuelven inolvidables.
Naran
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