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Voto de CODY JARRET:
8
Drama Año 1977. Stella tiene once años y acaba de ingresar en un instituto de París. Su vida diaria transcurre en el bar que regentan sus padres: un refugio donde los obreros se entregan a la bebida, a las apuestas, al fútbol, y las veladas se alargan hasta el amanecer. Para ella, la vida escolar no es nada fácil, pues los estudios no son su fuerte. Además, las constantes humillaciones a las que se ve sometida por parte de profesores y ... [+]
11 de septiembre de 2011
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película francesa que me ha atrapado desde el primer fotograma hasta el último.

El film comienza a ritmo discotequero, donde la cámara se deja seducir por el movimiento de una niña de apenas 11 años, que al son de la música, ataviada y pintada como una mujer, ya nos indica que quizás no esté en el mejor lugar para crecer en lo que llamamos una infancia normal. Y digo quizás porque no sabría decir que es una infancia normal, condicionada por el lugar, el ambiente, la época.

Ambientada en París en la segunda mitad de los 70, la película se mueve a caballo entre un bar-pensión de clase trabajadora, donde nuestra protagonista Stella he tenido acceso al mundo de los adultos, y la escuela que se presentará como una oportunidad.

En el bar, regentado por sus padres, está acostumbrada a un mundo que por edad no le debería corresponder: alcohol, sexo, discusiones, todo de forma testimonial, pero que no puede evitar, es su vida, y de alguna manera es tratada como una adulta más. Y todas estas vivencias prematuras que la dotan de una coraza de indolencia, donde parece que la inocencia fue perdida, hace que cuando acuda a un colegio de cierto nivel, sepa defenderse sola y en ocasiones actuar de forma violenta, pero también, tras un periodo de desinterés, le provoca la curiosidad, la necesidad de conocer palabras, de escuchar, de aprender, y todo ello gracias a Gladys, la mejor estudiante de la clase, con la cual entabla amistad.

La directora Sylvie Verheyde ha sabido transmitirnos a la perfección ese mundo entre la infancia y el inicio de la adolescencia, donde no encuentras tu sitio en ningún sitio; ni en tu casa, ni en el colegio, pero que observando, escuchando, con paciencia, acaba llegando, sin dejar de lado los golpes que la vida te va dando. Sin duda bebe de “Los 400 golpes” de Truffaut, donde Antoine Doinel buscaba un mar que parecía más un paredón ( me encanta la película y la canción de Aute ), y no puede faltar la escena en la cual Stella corre por las calles y la cámara le sigue en paralelo. Pero aquí parece haber más esperanza, una oportunidad en el aprendizaje, en la educación, eso que ciertos políticos quieren quitarnos, con recortes y pidiendo esfuerzos a profesores que ya han hecho un sobreesfuerzo previo, siempre. Sin duda estos recortes con el tiempo salen caros, queremos ilusión, nos sobra Esperanza. El final de “Los 400 golpes” era desolador, como un puñetazo en el estomago, aunque ya sabemos que el personaje también salió a flote, como pudo, en otras 5 películas.

Continua en spoiler por demasiado larga, sin desvelar nada
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
CODY JARRET
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