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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Drama Un verano radiante en la Riviera francesa. Cécile (Jean Seberg), una adolescente difícil y malcriada, ve con disgusto la relación entre su padre (David Niven), un atractivo y mujeriego viudo, y Ann (Deborah Kerr), su amante. El temor a perder el cariño de su padre y los celos que le inspira Ann, la llevarán a hacer todo lo posible por separarlos. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2005
51 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de Preminger, basada en la novela de Françoise Sagan, que levantó en su día una gran polémica y obtuvo un gran éxito de ventas. La película se presenta como la evocación en blanco y negro por parte de la narradora y protagonista Cécile (Jean Seberg), de 17 años, desde un París invernal, de los recuerdos del último verano en la Riviera francesa, que se insertan en forma de diversos flash-back. Éstos están rodados en color y cinemascope en escenarios naturales de gran belleza y de presencia gradiosa y espectacular. La narración constituye una exposición sincera y desgarrada de una sociedad acomodada que aprovecha las vacaciones para rendir culto al placer. Lo hace desde una perspectiva de despreocupación, indolencia y sensualidad, en un marco natural en el que el sol, el mar, los deportes náuticos, la pesca deportiva, los paseos en lancha, el baile, la buena cocina, la bebida abundante, el juego y el clima social invitan a gozar de los sentidos sin inhibiciones y en plenitud. El culto al placer es el tema central de la novela y de la película. Su tratamiento se hace desde una perspectiva seductora y, a la vez, ambiguamente crítica, ya que se explica que la envidia, los celos, los temores, el resentimiento y la defensa de los propios intereses, generan enredos, maquinaciones y engaños tendentes a la marginación o al desplazamiento de aquéllos que quieren poner límites al deseo y a la pasión de otros. Los resultados, vistos por la protagonista desde la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, la ubicación en un lugar diferente, los sentimientos de culpabilidad y la contraposición entre invierno y verano, generan en ella una sensación suavemente ácida de tristeza. La interpretación de Deborah Kerr (Anne), David Niven (Raymond) y Jean Seberg realzan y engrandecen la película. El entonces crítico de cine Jean-Luc Godard quedó prendado de la actuación de Jean Seberg hasta el punto de hacerla protagonista de su primer largometraje, "Al final de la escapada" (1959).
Miquel
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