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Voto de Miquel:
8
7,2
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Drama
Khaled y Said son dos jóvenes palestinos, amigos desde la infancia, a los que reclutan para llevar a cabo un atentado suicida en Tel Aviv. Después de una última noche con sus respectivas familias, de las que no les está permitido despedirse, parten hacia la frontera con explosivos pegados al cuerpo. Sin embargo, nada sale como estaba previsto y una serie de contratiempos les obliga a separarse. Entonces tendrán que replantearse su vida ... [+]
1 de junio de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film del realizador palestino Hany Abu-Assad (Nazaret, 1961). El guión, escrito por el propio realizador con la colaboración de Bero Beyer y Pierre Hedgson, se basa en una historia de ficción inspirada libremente en hechos reales. Se rueda en Nablus, Nazaret y alrededores (Cisjordania, Israel) y en Tel Aviv (Israel). Tanto las escenas exteriores como las de interior se ruedan “in situ”, lo que provoca molestias, interferencias e interrupciones del entorno, que motivan la fatiga del equipo de rodaje y el abandono de algunos de sus componentes. Gana el premio “Blue Angel” del Festival de Berlin (film europeo) y es nominado a un Oscar (film en lengua no inglesa). Producido por Bero Beyer para Augustus Film, Razor Film, Lumen Film y France Cinéma, se proyecta por primera vez en público el 14-II-2005 (Festival Berlin).
La acción dramática tiene lugar en Nablus y alrededores y en Tel Aviv a lo largo de dos días de 2004. Saíd (Nashef) y Khamal (Suliman) son amigos de la infancia y trabajan en el mismo taller de reparación de coches. Ambos tienen entre 17 y 18 años y comparten trabajo y ocio. Forman parte de los 3 millones de personas que residen en los Territorios Palestinos. Conservan recuerdos infantiles y familiares de la primera intifada (1987-93) y se hallan en la fase final de la segunda intifada, o intifada de Al-Aqsa (2000-febrero de 2005). Durante ésta se organizan los primeros atentados suicidas contra la población civil de Israel.
El film suma drama, thriller y terrorismo. Explora con afanes de objetividad y neutralidad la situación de la población palestina de Cisjordania y de la franja de Gaza. Lo hace desde el punto de vista de dos jóvenes criados en Nablus, que han crecido en la ciudad y que conocen sólo por referencias la situación anterior a 1947. El ambiente que se vive en Cisjordania, las limitaciones de movimientos de la población, los controles militares de entrada y salida del territorio de Israel, la precariedad de los servicios públicos y de las condiciones generales de vida, las diferencias entre lo que el visitante ve en Nablus y en Tel Aviv, etc., son observados con una mirada que quiere ser equilibrada y objetiva.
La narración es realista: las calles descuidadas, el campo poblado de escombros, las imágenes de miseria, el deterioro de las fachadas y del interior de las viviendas, las arquitecturas simples y arcaicas, el mal estado de conservación de los pocos coches que circulan, la falta de servicios públicos, llevan a los ojos del espectador una descripción veraz y turbadora. En el contexto económico y social observado, el descontento, la insatisfacción, la rebeldía y el levantamiento (intifada) colectivo resultan explicables. Tampoco sorprende que en este escenario palpite un movimiento subterráneo de reivindicación, que desde hace poco practica una nueva forma de lucha: los atentados suicidas contra la población civil de Israel.
La acción dramática tiene lugar en Nablus y alrededores y en Tel Aviv a lo largo de dos días de 2004. Saíd (Nashef) y Khamal (Suliman) son amigos de la infancia y trabajan en el mismo taller de reparación de coches. Ambos tienen entre 17 y 18 años y comparten trabajo y ocio. Forman parte de los 3 millones de personas que residen en los Territorios Palestinos. Conservan recuerdos infantiles y familiares de la primera intifada (1987-93) y se hallan en la fase final de la segunda intifada, o intifada de Al-Aqsa (2000-febrero de 2005). Durante ésta se organizan los primeros atentados suicidas contra la población civil de Israel.
El film suma drama, thriller y terrorismo. Explora con afanes de objetividad y neutralidad la situación de la población palestina de Cisjordania y de la franja de Gaza. Lo hace desde el punto de vista de dos jóvenes criados en Nablus, que han crecido en la ciudad y que conocen sólo por referencias la situación anterior a 1947. El ambiente que se vive en Cisjordania, las limitaciones de movimientos de la población, los controles militares de entrada y salida del territorio de Israel, la precariedad de los servicios públicos y de las condiciones generales de vida, las diferencias entre lo que el visitante ve en Nablus y en Tel Aviv, etc., son observados con una mirada que quiere ser equilibrada y objetiva.
La narración es realista: las calles descuidadas, el campo poblado de escombros, las imágenes de miseria, el deterioro de las fachadas y del interior de las viviendas, las arquitecturas simples y arcaicas, el mal estado de conservación de los pocos coches que circulan, la falta de servicios públicos, llevan a los ojos del espectador una descripción veraz y turbadora. En el contexto económico y social observado, el descontento, la insatisfacción, la rebeldía y el levantamiento (intifada) colectivo resultan explicables. Tampoco sorprende que en este escenario palpite un movimiento subterráneo de reivindicación, que desde hace poco practica una nueva forma de lucha: los atentados suicidas contra la población civil de Israel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El film analiza los procesos de reclutamiento, los métodos de instrucción, las técnicas de motivación y animación de los elegidos y los sistemas de respuesta ante alarmas de fallos, errores y fracasos. Llegados a este punto, es interesante observar el uso que se hace de referencias ideológicas, religiosas e históricas; la manipulación que se impone gracias a la ignorancia y la falta de capacidad crítica de los camicaces y el aprovechamiento de la presión colectiva y de supuestos compromisos personales. Se oyen consignas, frases hechas, conceptos tópicos, elogios y halagos interesados, promesas vanas y conceptos esquemáticos para condicionar el ánimo sin pasar por el tamiz de la razón y la reflexión. Las manifestaciones de los líderes incorporan elementos de fanatismo religioso y político, autoritarismo, etnocentrismo, xenofobia, sed de venganza, exaltación de la violencia, desesperación, ceguera, intransigencia, etc. La propuesta de explicación o explicaciones puede parecer verosímil, convincente o rechazable, pero en ningún caso vana. Ante la misma el espectador tendrá que reaccionar aportando valoraciones subjetivas y razones personales.
La parte más importante del relato se inicia cuando, sin palabras y haciendo uso sólo de imágenes, se añaden a las posibles razones generales otras de carácter intimista. A través de la mirada, la expresión corporal contenida, la atmósfera que se respira y la pulsión emocional que la acompaña, etc., se formula un esbozo de las posibles razones interiores y subjetivas del eventual suicida, libre aún de decidir sobre sus dudas e indecisiones. Varios planos excepcionales llevan la mirada a sus ojos y a través de ella a lo que ve, siente y piensa. Pese a la seriedad de los hechos, no faltan en la cinta incidencias de humor, espaciadas pero efectivas.
La proyección deja en suspenso algunas ideas difusas y sueltas, no formuladas de modo concreto y explícito, que parecen referirse a la inutilidad de la violencia, a los círculos viciosos perversos que se mueven a su alrededor, al valor de la paz, a la mayor razón del pacifismo frente a la sinrazón del belicismo, a la inaceptabilidad incuestionable del terrorismo, al valor de la tolerancia y la solidaridad, a los errores del fanatismo, a las precauciones que se deben manejar ante las falsas apariencias de nuevas formas, intolerables, de fascismo, etc.
La banda sonora, de Jina Sumedi, recoge melodías, canciones, cánticos e himnos palestinos, que acompañan la acción con sobriedad y contención. La fotografía, de Antoine Heberlé, realista y puesta al servicio de una narración sincera, aporta planos de gran fuerza emocional, propios de un cine rico en habilidades narrativas.
Referencias
- Steven Jay SCHNEIDER (coord.), “Paradise Now”, ‘1.001 películas que hay que ver...’, Grijalbo ediciones, pág. 919, Barcelona 2010 (10ª edición, actualizada).
- José Enrique MONTERDE, “Paradise Now”, ‘Dirigido por’, nº 349, pág. 20, octubre 2005.
La parte más importante del relato se inicia cuando, sin palabras y haciendo uso sólo de imágenes, se añaden a las posibles razones generales otras de carácter intimista. A través de la mirada, la expresión corporal contenida, la atmósfera que se respira y la pulsión emocional que la acompaña, etc., se formula un esbozo de las posibles razones interiores y subjetivas del eventual suicida, libre aún de decidir sobre sus dudas e indecisiones. Varios planos excepcionales llevan la mirada a sus ojos y a través de ella a lo que ve, siente y piensa. Pese a la seriedad de los hechos, no faltan en la cinta incidencias de humor, espaciadas pero efectivas.
La proyección deja en suspenso algunas ideas difusas y sueltas, no formuladas de modo concreto y explícito, que parecen referirse a la inutilidad de la violencia, a los círculos viciosos perversos que se mueven a su alrededor, al valor de la paz, a la mayor razón del pacifismo frente a la sinrazón del belicismo, a la inaceptabilidad incuestionable del terrorismo, al valor de la tolerancia y la solidaridad, a los errores del fanatismo, a las precauciones que se deben manejar ante las falsas apariencias de nuevas formas, intolerables, de fascismo, etc.
La banda sonora, de Jina Sumedi, recoge melodías, canciones, cánticos e himnos palestinos, que acompañan la acción con sobriedad y contención. La fotografía, de Antoine Heberlé, realista y puesta al servicio de una narración sincera, aporta planos de gran fuerza emocional, propios de un cine rico en habilidades narrativas.
Referencias
- Steven Jay SCHNEIDER (coord.), “Paradise Now”, ‘1.001 películas que hay que ver...’, Grijalbo ediciones, pág. 919, Barcelona 2010 (10ª edición, actualizada).
- José Enrique MONTERDE, “Paradise Now”, ‘Dirigido por’, nº 349, pág. 20, octubre 2005.