Una comedia teenage, de adolescentes y para adolescentes, y para todo aquel que quiera verla. No descubrirás nada más interesante que a Ethan Hawke cuando era adolescente... Cómo pasa el tiempo. Empieza de la forma típica de estas películas, con las inquietudes que se tienen a esas edades de estar obsesionado por una chica y no saber qué hacer para iniciar una relación, no hay otro tema para el pobre joven que no deja de sufrir, es el objetivo por alcanzar a toda costa pero llevar a cabo la misión es un mundo, la timidez es un obstáculo insalvable y los recursos escasos. Pero llega el listo, el sabiondo, el experto... Llega su hermano mayor y... nada, es fácil suponer.
Dentro de que es una película de lo más suave, el crimen campa a sus anchas y la policía hace acto de presencia; hay muertos por tanto, pero son para crear el enredo; igual que también hay mafiosos chinos, muy educados, tan blanditos que gustan y caen bien, salen para acompañar también en las desventuras del joven en su primera cita y en vez de ser una cita sin más, convertirla en una aventura peligrosa, más que una cita misteriosa, porque el pobre Tom más apurado no puede estar.
Se puede ignorar todo y pasar de ella, no tiene nada, ni es reivindicable, ni especial, pero bueno, es desenfadada y un par de buenos golpes tiene.