Nada más empezar te dicen que la película ha sido restaurada por una fundación del Cine Noir de California. Así pues las imágenes son tan nítidas como el argumento, ágil y fácil de seguir. Hay buenas escenas de persecuciones y buenos diálogos. También Lee J. Cobb ofrece su estampa certera para un inspector de policía duro y experimentado pero que se ha pasado al lado oscuro en un exceso de confianza, aunque cierto es que con Jane Wyatt como amante no pega ni con cola, pero eso es una observación gratuita por decir algo más. Aún así, su actuación tiene muchos puntos a su favor disimulando ante su hermano, también policía y compañero. El hermano es el incorruptible y toma el papel de la justicia implacable que está por encima de todo.

Obligada para los amantes del cine noir a blanco y negro.

En El salario del crimen (1964), una película española, aunque por otro motivo, se da el mismo caso del policía que le asignan el caso del que él es el culpable.