No tengo que consultar en ningún sitio para saber que la canción de presentación está interpretada por Shirley Bassey, la misma del tema de Goldfinger. Sí tengo que mirar que fue un año antes. Y la presentación sin duda es del estilo de James Bond, pero si nos fijamos bien, tampoco difiere mucho de las de La Pantera Rosa. Y es que El liquidador es una comedia, sátira, sobre el mundo de los agentes secretos, un mundo de dibujos animados a lo real, una representación burlesca de lo sofisticado y del disimulo en la alta sociedad, allí donde se perfilan las líneas secretas a seguir por el Estado.

Rod Taylor, un tipo simpático, queda perfecto en el papel pero hemos de decir que aunque fue el clásico galán para las comedias románticas, quedaba mejor en las de acción como tipo duro. No obstante hace lo que puede, eso sí, con la inestimable ayuda de Trevor Howard y Jill St John. Lo que cuenta es que aunque se vea con cierto cariño por las formas, los protagonistas, aquella época y las intenciones, no es un logro de película y se notan las carencias del guion en algunas situaciones demasiado tontas que podían haberse hecho mejor. Pero hay que tener predisposición para ponerte con una película de este estilo y aceptar, sin más, lo que se te viene encima. La subo un punto porque, además de por Rod Taylor, fallecido hace ahora 4 años, la película en vez de ir a peor, a medida que se acerca el final incluso gana calidad.