La película gira entorno a tres personajes.
Por un lado un matrimonio económicamente pudiente, pero que con el paso del tiempo su relación se ha enfriado, y el marido, un marchante de arte, tiene una aventura con otra mujer y cuando se lo dice a su esposa, se desencadena el resto de la película. Con este punto de partida la relación matrimonial mejora, esto es casi una novedad ya que ante un desliz por parte de un componente de matrimonio, el mundo del cine tiende a sobre dramatizar los hechos posteriores, dando por segura la separación, resaltando lo malo que es la persona infiel, y lo buena que es la persona agraviada y no se plantea ni por un momento la posibilidad de reconducir la situación como es el caso.
Por otro un sin techo de raza negra que ha vivido de en sus propias carnes la esclavitud.
Sus caminos se cruzan cuando Debbie, la mujer, pide a su marido que le acompañe al lugar donde está prestando ayuda en una obra social cristiana. En el comedor del local tiene el encuentro entre los tres, y a partir de ahí es una emotiva historia.
Buena fotografía y correcto la ejecución de las interpretaciones.