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Bélgica Bélgica · bruselas
Voto de pablo:
10
Ciencia ficción. Thriller Cuando Denis comienza su venganza de aquellos que le quitaron su posesión más preciada, empezará a darse cuenta de que algo extraño y fuera de la normalidad parece ocurrir en el mundo que le envuelve. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2014
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran mérito de Vacuity es hacer tanto de tan poco. Y por poco me refiero a los medios, porque lo que son ideas, la obra está llena de ellas. En otras palabras, Vacuity confirma algo tan elemental en el cine y por extensión en el arte como es que, con o sin dinero de por medio, los proyectos acaban funcionando si hay talento.

Como si de una ópera prima de larga duración se tratase, su director, productor, guionista y montador (ahí es nada!) demuestra que a él el talento le sobra y que lejos de desperdiciarlo, aprovecha todos y cada uno de los casi treinta minutos que dura Vacuity para dejar su impronta personal fotograma por fotograma.

Son evidentes las influencias de Nolan y Aranofsky si bien la obra rezuma David Lynch por los cuatro costados, logrando algo tan difícil de plasmar en la gran pantalla como es la sugerencia, el dejar que el espectador vaya recorriendo los oscuros recovecos de un viaje de tintes oníricos de conclusiones e interpretaciones abiertas.

Y es que Vacuity gana muchísimo en las secuencias más claustrofóbicas, aquellas en las que su director pega la cámara a su contundente protagonista (generando imágenes de gran belleza, por ejemplo, en el interior de un coche que da paso al aterrizaje de un avión con múltiples lecturas) o en las imágenes nocturnas de una Barcelona tenebrosa. Oscuridad que contrasta, en un juego de espejos intrigante, con la claridad del recuerdo más dulce (en que se genera en una habitación, escenario cinematográfico de amplio y generoso recorrido).

Su primeros minutos son además un revisitación sui generis de la escena inicial de "Forajidos" de Robert Siodmak con un efecto inmediato: te pega a la butaca y aplaudes el "quédese con el cambio" con las ganas de saber cómo sigue la historia.
Esos detalles (pienso también ahora en el ojo que se va abriendo como metáfora del despertar del sueño o pesadilla de una vida que se intuye irreal o de la escena inicial en la orilla del mar de clara inspiración "malickniana") son muestras inequívocas del buen hacer de Toni Morejón tras la cámara demostrando innegables aptitudes que van desde el control de la historia hasta el gusto por la secuencia perfecta.

No voy a negar que, como me pasa con Nolan y sus enrevesadas historias, hay algún que otro diálogo elevado que se me escapa y que algunos personajes merecían más protagonismo, pero soy consciente de la limitación que supone un mediometraje, por lo que la labor de condensación es nuevamente digna de aplauso.

Por último, destacar la excelente banda sonora, teñida de ese carácter sugerente que tan bien define a la película y el atmosférico trabajo de fotografía. No exagero si digo que en su conjunto Vacuity, con toda la escasez de medios por delante, resulta infinitamente superior a cualquier estreno español reciente, donde brillan la ausencia de ideas y la falta de sello autoral de sus directores. Vacuity, es, en fin, la muestra de que la conjunción cinefilia y talento (sobre todo talento) acaba por dar sus frutos. Y estos son muy esperanzadores.
pablo
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