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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
8
Aventuras. Comedia Toby, un director de cine muy cínico, se ve envuelto en los estrafalarios delirios de un viejo zapatero español que se cree el mismo Don Quijote. A lo largo de sus aventuras cómicas, y cada vez más surrealistas, Toby se ve abocado a enfrentarse con las trágicas repercusiones de la película que rodó cuando era un joven idealista, una película que cambió los sueños y esperanzas de un pequeño pueblo español para siempre. ¿Podrá Toby ... [+]
3 de junio de 2018
85 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual que le ocurrió a don Quijote ante el mozo de mulas, la versión cervantina de Terry Gilliam ha sido un saco de golpes para crítica y pública. Tal vez haya sido por las expectativas creadas alrededor de un rodaje que ha durado tres décadas, lo cual se dice pronto. O, probablemente, que el ADN Monty Python ha llevado a un sector de la audiencia a pensar que se iban a encontrar ante una comedia de ocurrentes y continuados gags.

Nada de eso. "El hombre que mató a don Quijote" es una tragicomedia que tiene más de lo primero que de lo segundo. Estamos ante un viaje metaficcional que no quiere ponerlo de todo fácil. Vamos a tener que refrescar nuestra lectura para disfrutar del viaje. En serio, no es tan complejo seguir su ritmo de flashback y realidad-ficción si tenemos en la memoria los juegos del manco de Lepanto.

Adam Driver y Jonathan Pryce resultan deliciosos en sus modernas versiones de los dos mitos. Igual que ocurría en la novela, Quijote y Sancho se contagian, a la par que Cervantes termina viendo, como creador, que sus criaturas cogen vida propia, incontrolables. ¿Que termina por resultar no siendo redonda? Más que probablemente. Pero es que el mismísimo Orson Welles intentó rodar en España su ingenioso hidalgo y terminó dando el brazo a torcer.

Lo que no puede negarse es que nos hallamos ante una cinta con alma. Que Gilliam conoce la obra y hace algo más que un homenaje a John Hurt. Que Olga Kurylenko es bastante más que un rostro bonito como veníamos sospechando desde que la vimos en "La muerte de Stalin". Porque Dulcinea tuvo muchos rostros y secretos. Estamos ante un juego del gato y el ratón donde podemos disfrutar mucho si aceptamos las reglas.

Un viaje de iniciación donde podemos disfrutar de un reparto de secundarios españoles brillante (Óscar Jaenada, Jordi Mollà, Rossy de Palma, etc.). Una adaptación donde los moriscos se convierten en inmigrantes marroquíes, donde los reos a galeras van en un coche de la Guardia Civil...

Es densa y poco complaciente. Pero está bastante más cerca del verdadero Quijote que otras adaptaciones menos arriesgadas que se complacieron en una sana prudencia. Como el enloquecido por las novelas de caballerías, Gilliam sale con el más noble de los ideales dispuesto a que le partan la cara.

Y eso merece un respeto.
El Libanés
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