Puestos a cambiar, hasta el nombre del héroe podía haber sido modificado en esta adaptación a serie televisiva de la mítica creación de Stan Lee y Steve Ditko. Cierto era que corría el año de 1978 y no se contaba con los medios y presupuestos de la actualidad, pero estamos en unos años donde Marvel estaba muy perdida a la hora de hacer proyectos de esta índole.

Poco más de una decena de capítulos con un supuesto Peter Parker (que podría ser John Smith, debido a su escaso parecido de personalidad con el personaje original), mientras el interesante elenco de secundarios que puebla la vida del sobrino de tía May desaparece por completo de la palestra.

¿Súper-villanos? ¿Qué es eso? Si la intención era desconcertar al público, el objeto fue logrado con una facilidad pasmosa.

Si Spiderman quería calar en el share, todavía debía esperar más de una década.