En el ya exprimido terror oriental, a veces, aparece una pequeña luz al final del túnel. Uno siempre espera encontrarse algo nuevo, en busca de esa primera impresión sufrida al ver "La maldición".

Ojalá pudiera afirmar el descubrimiento de una nueva joya del cine de miedo, pero no es así. Puedo afirmar que este producto supera con creces a la media de lo que me suelo encontrar, que no es poco.

Su principal virtud o defecto, dependiendo de cómo lo mires, es la arriesgada innovación en el género de terror con un marcado acento a thriller policíaco de ciencia ficción, donde la sensación de no estar viendo una película de terror conseguirá que las pocas veces que quieren asustarte lo logren.

Con un ritmo trepidante, el principal problema que le he encontrado reside en si el espectador acepta o no la trama pseudo científica que nos muestran. Reinventando las teorías más clásicas de la parapsicología, el guionista realiza una historia basada en el hecho de que los fantasmas son campos electromagnéticos controlables, usando una materia capaz de absorber dichos campos, con el fin de poder saber la naturaleza de los fantasmas.