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Voto de sibila:
8
12 de octubre de 2020
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vale, te sientas en el cine por primera vez desde antes del confinamiento por la Covid-19 a ver una peli de Juanma Bajo Ulloa, después de la frikada de "El Rey Gitano" no parece una buena idea, pero bueno, estás en el Festival de Sitges y es la que mejor pinta tiene de los trailers de la sección oficial.
La historia ya de por sí es mal rollera: una chica drogadicta que vende a su bebé y en pleno mono decide ir a buscarlo para recuperarlo. Primer shock: estamos hablando de un tema poco habitual en el cine, la trata de personas.
La película es una fantasía, empezando porque NO HAY DIÁLOGO, Ulloa nos cuenta una historia compleja, con personajes surrealistas y terribles gracias al elenco de actrices que hacen un papelón. La atmósfera sombría alrededor de la casa, la banda sonora de primera categoría, la fotografía y las imágenes poderosas llenas de metáforas, son elementos que te llevan por una pesadilla que no tiene fin. Eso sí, el toque de humor macabro no puede faltar.
Sí, es una película que se salta todos los patrones de la industria, dinamita lo políticamente correcto de Netflix. De verdad que he agradecido ver una película fuera de lo común, de esas que igual no acabas de comprender pero te deja un inquietante poso.
La historia ya de por sí es mal rollera: una chica drogadicta que vende a su bebé y en pleno mono decide ir a buscarlo para recuperarlo. Primer shock: estamos hablando de un tema poco habitual en el cine, la trata de personas.
La película es una fantasía, empezando porque NO HAY DIÁLOGO, Ulloa nos cuenta una historia compleja, con personajes surrealistas y terribles gracias al elenco de actrices que hacen un papelón. La atmósfera sombría alrededor de la casa, la banda sonora de primera categoría, la fotografía y las imágenes poderosas llenas de metáforas, son elementos que te llevan por una pesadilla que no tiene fin. Eso sí, el toque de humor macabro no puede faltar.
Sí, es una película que se salta todos los patrones de la industria, dinamita lo políticamente correcto de Netflix. De verdad que he agradecido ver una película fuera de lo común, de esas que igual no acabas de comprender pero te deja un inquietante poso.