A primera vista la carrera de Brittany Murphy no destaca especialmente por grandes películas, si no por lo interesante de los personajes que interpretaba. Por eso puedo entender que eligiese interpretar el papel de Mary, sin embargo la pena es que fuese en este enésimo telefilme de sobremesa. Su papel es el de una mujer fragil con cierta inestabilidad pero que no se da por vencida en la historia en la que se ve atrapada.

Lamentablemente la película en sí es caótica, para empezar está mal rodada, los diálogos son vergonzosos sobre todo en la parte final y por mucho que me duela esta Brittany no es la misma de siempre, su mirada parece perdida, cansada y para colmo su marido se encargó de su maquillaje y peluquería por lo que el resultado no ayuda a evitar que nos fijemos en estos detalles.

Brittany merecía mucho más, es más como gran seguidor que he sido durante su carrera no podría recomendarla al resto de fans, creo que sabiendo lo que ocurrió el pasado diciembre, al ver esta película te das cuenta de que algo no iba bien, al menos físicamente no era la misma chica con esos ojos llenos de vida.

Netflix repite fórmula con otra comedieta romántica protagonizada por adolescentes preocupados por los primeros besos, romances imposibles y otros dramas existenciales propios de la adolescencia. Al igual que pasara en The Kissing Booth, estrenada hace unos meses, tenemos a una chica mona pero poco popular que se prenda del chico guapo del instituto, salvo que esta vez nos la presentan de forma diferente (las cartas enviadas a todos esos chicos de los que se enamoró). Tenemos clichés por un tubo, la ex novia celosa, el “fantasma” de un familiar fallecido y por supuesto el miedo a enamorarse por primera vez, si bien la película funciona dentro de sus limitaciones, a lo que ayuda y mucho el encanto de Noah Centineo (The Fosters) y la inocencia de nuestra protagonista. Simpática y entretenida sin más.

Bien podría ser la enésima aportación al género de la comedia romántica, y en mayor o menor medida lo és, aunque sorprendentemente 'Amor y otros desastres' posee algo que escasea en el cine actual, elegancia. Siempre con el referente de Audrey Hepburn en la mente, Brittany Murphy resulta la perfecta elección para su papel, es ella es la verdadera protagonista de la película, y todas las historias dan comienzo en su personaje. El resto del reparto aporta frescura, por aquello de que son unos totales desconocidos (genial Matthew Rhys), y algunos minutos verdaderamente divertidos. Y pese a un guión plagado de los tópicos habituales del género, es una cinta amable y entretenida para apenas 90 minutos.