Aparenta que va a ser una gran película de Scorsese, pero a medida que avanza pierde fuerza e interés. No aburre del todo porque de cuando en vez hay buenas escenas y diálogos, pero ni la actuación de los personajes, ni la buena fotografía y banda sonora, sostienen el peso de una trama que se va desinflando más y más.

Por otro lado, no es creíble el rejuvenecimiento digital de los personajes, y no tanto porque De Niro parezca un gusiluz, sino porque sus cuerpos y movimientos siguen siendo los propios de personas de 80 años (la edad de los actores principales). ¿Consecuencia? A los personajes interpretados por De Niro o Al Pacino se les percibe siempre viejunos, con lo que uno termina por perderse en los continuos viajes en el tiempo de ida y venida que tiene el argumento.

En definitiva, película con destellos de calidad, pero plana y sin alma.

Me sorprendió gratamente esta película. No suelo soportar las películas de Marvel, ni las de superhéroes, con peleas imposibles y efectos especiales por doquier. Por eso me gustó esta versión de Superman. Va mucho más allá de un mero alarde de efectos especiales, tiene buenos actores e interpretaciones, un ritmo aceptable y es entretenida. La clásica película que puedes ver una y otra vez, y siempre mantenerte pegado a la pantalla. Como el buen vino, envejece bien

Toda lo que el documental cuenta sobre cómo se grabó "Wild Horses" de los Rolling Stones es una patraña. Como bien dijo Bill Wyman: "No dejes que la verdad se interponga en el camino de una buena historia". Nada nuevo bajo el sol, la historia de los Beatles es otra gran patraña. Pero la gente, que idolatra a todos estos personajes, se tragará todas las fantásticas historias inventadas que les cuenten estos "dioses" de pacotilla. Todos los géneros de música que han ido surgiendo tras la 2º Guerra Mundial, pero principalmente a partir de los años 60, todos ellos, han tenido y tienen un propósito de ingeniería social. Hay una agenda detrás del pop, del rock, del punk, del hip-hop, del tecno... y del reguetón. Cuando abrazas la cultura pop estás perdido, porque la cultura pop (planificada por el Instituto Tavistock con Theodor Adorno a la cabeza) tiene la intención de alejarte de tu verdadera identidad, alejarte de tu yo soberano, despojarte de tu alma. La mayoría de la gente no sabe priorizar lo que es importante para su vida. Multitud de cosas trascendentales están sucediendo alrededor de tu vida sin que tú te enteres porque estás focalizando todo tu interés en estas tonterías superficiales.

Todas las críticas profesionales la ponen por las nubes, así que me esperaba mucho, y claro, me he llevado una buena decepción. Cinco capítulos de menos de una hora cada uno. El primer episodio, promete sin ser nada del otro mundo. El segundo, bastante bueno. Pero el tercero y el cuarto soporíferos, me dormí en ambos. A duras penas llegué al quinto episodio, que fue bastante aceptable y salvó la serie de un suspenso.

Por otro lado, una serie 100% ambientada en la antigua Unión Soviética (Ucrania, Moscú...) debería estar realizada por cineastas ucranianos o rusos y con casi una totalidad de actores autóctonos. Escuchar a los personajes hablando en inglés con acento británico resulta poco o nada creíble.

Con todo, es una serie que tiene grandes cosas, pero no es para tanto ni mucho menos.