Crisol de historias variopintas, que en tono melodramático, tratan de retratar la cotienidad de una "trattoría italiana" un día cualquiera (en este caso a la hora de la cena) con sus clientes habituales y los menos.
Quizás la tentación del director, que en este momento tendría 80 años, de volver a los orígenes y rodar una película como en sus inicios, como si fuesen una trama conjuntada por episodios, las diferentes peripecias que se forman en las diferentes mesas subyace en toda la línea argumental deste metraje, pero no resta un ápice al valor agumental en conjunto de la misma y, en definitiva lo que evidencia, un cálido y realista trabajo de sus guionistas (Ettore Scola, Furio Scarpelli, Silvia Scola, Giacomo Scarpelli).
En definitiva, un trabajo póstumo de Vitorrio Gassman y Ettore Scola que nos sirve de autocomplacencia para los que añoran películas como las de antes, sin artificios, sólo el armazón de un buen guión y el saber de darle su "tempo" a cada escena, como en "Cinema Paradiso", sólo que aquí no hay niño.

Porque semejante bodrio no merece ni un céntimo; ni siquiera los aférrimos a la salsa de tomate y violencia gratuita encontrarán alguna justificación para aguantar semejante tostón.
Por que no hay puntos negativos que si no batería el récord "guiness".

Como en la primera cinta de Kevin Smith «Clerks», está película está escrita, interpretada y dirigida por Ryan O'Nan (además de autor de su banda sonora). Su excelente guión, acompañado de una buena banda sonora, tanto musical como en la calidad-mensaje de sus letras, rezuma aires folkies para esta mezcla de road/buddy-movie con diálogos alejados del chiste fácil, no muy habitual en las carteleras de hoy en día. Este film es una excelente propuesta para, por ejemplo, un ciclo de cine musical-independiente, organizado por cualquier cineclub, pues se hace imprescindible (y obligatorio) visionarla en VOS, te sorprenderá muy gratamente.
Quizás contenga algún altibajo, fácilmente perdonable para está ópera prima, donde tiene un gran peso la calidad de sus letras.

Que se puede decir de tamaño engendro, que el guionista tomó la misma sustancia o efluvio etílico que los protagonistas en varias de sus escenas, que hacía que sus ojos brillaran más que los focos de esta peli de serie B (de burro); calificativo adoptado por el al productor por financiar semejante pastiche, al cuadro actoral, ilusos/as pensando que esto relanzaría sus carreras (al fondo de la fosa mariana) y al mal estudiante que fue el director y no corregir esperpentos como que un Tsunami sea una marejada... En fin amiguitos/as, enemigos míos, «nin farto de viño» aguantas tal despropósito y su obligado visionado, debería ser considerado como una cruel tortura, que el tribunal de DD.HH tendría que ser informado por si este trabajo o arma audiovisual cae en malas manos

Aún a pesar de parecer simpática, sobre todo por el ocurrente título, todo es una broma entre cadetes aprendices de la escuela de cine de A Coruña y secuaces del mundo cultural gallego.
Debe tomarse como una broma, no es cine, y sí sólo durase 10-15' hasta sería reseñable está parodia.