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Críticas de MeritoriosCine
23 de abril de 2020
54 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ejemplo claro de cómo utilizar una buena fotografía para cubrir una mala película. La composición, los colores y la iluminación son realmente buenos todo el tiempo, pero es una cinta vacía que parece no tener claro cómo contar la historia, y para ello, lo hace todo demasiado explícito. Lo siento por su estética pero si quitamos la imagen la película se entendería perfectamente.
Parece ser que a los hermanos Grimm no se llevan muy bien con el género de terror. Después de varios intentos seguimos con la idea de adaptar Hansel y Gretel, quizás es el cuento más macabro de estos escritores, pero sigue sin funcionar en la pantalla. En este caso, Rob Hayes coge la premisa principal del cuento y crea una historia aún más fantástica, donde nada funciona. Personajes superficiales y poco desarrollados, que cambian de opinión de la noche a la mañana, enserio, no hay quien entienda. Por otro lado, está el intento de crear una cinta de terror psicológico. Un terror que pasa de generar tensión los primeros cinco minutos a volverse soporífero hasta el final.
La realización es lo realmente interesante; el director suele aguantar los planos demasiado, buscando aquella tensión inexistente de la que he hablado antes. El gran perjudicado de esto es el ritmo haciendo que todo se vea demasiado lento. El director decidió derivar sus funciones al de fotografía, que se lo ha pasado realmente bien creando una estética preciosa, pero como consecuencia, parece no haber ningún tipo de lenguaje en los encuadres. Sinceramente, creo que se ha pensado demasiado poco lo que se quería y cómo se quería contar.
Solo puedo decir que es una película demasiado larga, no por su tiempo, sino por la sensación que transmite. Nada está bien, incluso los actores son demasiado normalitos, esperaba mucho más de Sophia Lillis, pero con un guion así, tampoco se puede juzgar esto demasiado.
Parece ser que a los hermanos Grimm no se llevan muy bien con el género de terror. Después de varios intentos seguimos con la idea de adaptar Hansel y Gretel, quizás es el cuento más macabro de estos escritores, pero sigue sin funcionar en la pantalla. En este caso, Rob Hayes coge la premisa principal del cuento y crea una historia aún más fantástica, donde nada funciona. Personajes superficiales y poco desarrollados, que cambian de opinión de la noche a la mañana, enserio, no hay quien entienda. Por otro lado, está el intento de crear una cinta de terror psicológico. Un terror que pasa de generar tensión los primeros cinco minutos a volverse soporífero hasta el final.
La realización es lo realmente interesante; el director suele aguantar los planos demasiado, buscando aquella tensión inexistente de la que he hablado antes. El gran perjudicado de esto es el ritmo haciendo que todo se vea demasiado lento. El director decidió derivar sus funciones al de fotografía, que se lo ha pasado realmente bien creando una estética preciosa, pero como consecuencia, parece no haber ningún tipo de lenguaje en los encuadres. Sinceramente, creo que se ha pensado demasiado poco lo que se quería y cómo se quería contar.
Solo puedo decir que es una película demasiado larga, no por su tiempo, sino por la sensación que transmite. Nada está bien, incluso los actores son demasiado normalitos, esperaba mucho más de Sophia Lillis, pero con un guion así, tampoco se puede juzgar esto demasiado.
16 de abril de 2020
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bruno y Malik son dos amigos que vuelcan sus vidas ayudando a niños con autismo, y no solo eso, también se encargan de ayudar formando a jóvenes cuidadores para esos niños. La cinta rompe todas las barreras sociales, ya que para empezar, los protagonistas pertenecen a religiones diferentes, uno es judío y el otro musulmán. Demuestra que esta diferencia no es un problema para afrontar temas morales.
Este drama se mueve sutilmente entre varios géneros como puede ser la comedia y el documental. Los matices de humor son tan naturales y preciosos que no provocarán una carcajada, pero sí una sonrisa. Un punto a favor de esta película, respecto a otras que tratan temas similares, es su realidad. No busca en ningún momento causar en el espectador el llanto, tiene momentos tiernos pero están muy bien introducidos en el guion. Tampoco se esconde a la hora de enseñar las dificultades de estos niños, la pieza busca denuncia y lo consigue.
El verdadero problema está en el intento de crear una corriente romántica que no funciona. Seguramente, en el montaje se dieron cuenta que no encajaba e intentaron recortarla lo máximo posible, pero aun así, hace que la película decaiga en algunos tramos. También encuentro algunas pegas con el personaje de Dylan, en ningún momento se deja claro lo que el personaje quiere, solo observamos una repetición de situaciones donde Dylan muestra total desinterés por la organización para luego arreglarlo más adelante. ¿Qué intentaban con un personaje así? No tuvieron interés ni en mostrar el futuro de este personaje, que queda totalmente olvidado al final de la película. Desde mi punto de vista, creo que se le conceden demasiado minutos en pantalla, minutos que podrían haberse centrado en los personajes principales.
Después de todo lo anterior puede parecer que es mala, pero nada de eso, es una obra notable que merece su reconocimiento. Mis quejas son más bien por impotencia. Me duele ver como esos problemas le han quitado el sobresaliente a una pieza tan necesaria y con tanto potencial. Sin duda, tenéis que verla.
Este drama se mueve sutilmente entre varios géneros como puede ser la comedia y el documental. Los matices de humor son tan naturales y preciosos que no provocarán una carcajada, pero sí una sonrisa. Un punto a favor de esta película, respecto a otras que tratan temas similares, es su realidad. No busca en ningún momento causar en el espectador el llanto, tiene momentos tiernos pero están muy bien introducidos en el guion. Tampoco se esconde a la hora de enseñar las dificultades de estos niños, la pieza busca denuncia y lo consigue.
El verdadero problema está en el intento de crear una corriente romántica que no funciona. Seguramente, en el montaje se dieron cuenta que no encajaba e intentaron recortarla lo máximo posible, pero aun así, hace que la película decaiga en algunos tramos. También encuentro algunas pegas con el personaje de Dylan, en ningún momento se deja claro lo que el personaje quiere, solo observamos una repetición de situaciones donde Dylan muestra total desinterés por la organización para luego arreglarlo más adelante. ¿Qué intentaban con un personaje así? No tuvieron interés ni en mostrar el futuro de este personaje, que queda totalmente olvidado al final de la película. Desde mi punto de vista, creo que se le conceden demasiado minutos en pantalla, minutos que podrían haberse centrado en los personajes principales.
Después de todo lo anterior puede parecer que es mala, pero nada de eso, es una obra notable que merece su reconocimiento. Mis quejas son más bien por impotencia. Me duele ver como esos problemas le han quitado el sobresaliente a una pieza tan necesaria y con tanto potencial. Sin duda, tenéis que verla.
Saltburn
22 de abril de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente la mayoría no se identifique con mi valoración, pero esta pieza no solo encaja con mi prototipo, sino que es mi prototipo. Waves construye un relato que trata la vida y la muerte. Se enfrenta al reto de representar temas tan abstractos como el comienzo de una amor y su destrucción. También habla del sentimiento de culpa con todo el dolor que puede provocar, siempre sin olvidar que puede existir un perdón. Esta película es un escaparate de la vida, se nos expone un gran número de temas, siempre sin juzgar sobre ellos, están tratados con una naturalidad hipnótica.
Trey Edward Shults ejerce como director y escritor, tiene sentido, ya que cualquier decisión relacionada con la imagen y el sonido, acompaña perfectamente al guion. No quiero decir que no haya cosas malas, pero que al hacer balance, está claro que la diferencia sale positiva. Todo parece estar hecho con un criterio y un pensamiento previo, ver eso genera una experiencia increíble.
Trey Edward Shults ejerce como director y escritor, tiene sentido, ya que cualquier decisión relacionada con la imagen y el sonido, acompaña perfectamente al guion. No quiero decir que no haya cosas malas, pero que al hacer balance, está claro que la diferencia sale positiva. Todo parece estar hecho con un criterio y un pensamiento previo, ver eso genera una experiencia increíble.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
17 de abril de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una representación del mito de Dafne y Apolo contado de una forma muy interesante. La película se aleja del drama romántico para ofrecernos, la mayor parte del tiempo, un thriller donde solo hay sitio para la incertidumbre.
Dafne es una joven que ha tenido un accidente de coche en mitad del desierto, después de casi morir de sed, es encontrada por Jake. Cuando Dafne recupera la consciencia no recuerda nada de su anterior vida, ni siquiera su nombre. Jake aprovechará la situación para darle un nombre nuevo (Kitty) y formar una vida totalmente ficticia a su lado.
El suspense es la baza principal de esta película, ya que en ningún momento conocemos las intenciones de Jake. Este misterio se mantiene perfectamente gracias a una atmósfera claustrofóbica, que apoyada con un trabajo increíble de fotografía, en concreto de composición, consigue transmitir la angustia del personaje. Esta hace intentos por recordar continuamente su pasado, sin obtener respuesta. También se pueden apreciar muchos planos que incluyen el reflejo de la protagonista, se establece un juego de identidades donde Dafne y Kitty intentan fusionarse sin llegar a conseguirlo, la protagonista no es capaz de saber quien es realmente. Otro apunte interesante es el sonido tan acentuado del waterphone, su banda sonora recuerda a las antiguas películas de terror y misterios de la década de los 70 -80.
El verdadero problema reside en el ritmo, no avanza como debería, tampoco se justifica claramente las decisiones de la protagonista, que muchas veces el espectador tiene que especular para llegar a entenderlas. En la historia se muestran muchos elementos, que si analizamos detenidamente tienen sentido, pero quizás solo con una visualización cuesta entender algunos aspectos del guion. De todas formas, es una visualización interesante y estéticamente atráctiva
Dafne es una joven que ha tenido un accidente de coche en mitad del desierto, después de casi morir de sed, es encontrada por Jake. Cuando Dafne recupera la consciencia no recuerda nada de su anterior vida, ni siquiera su nombre. Jake aprovechará la situación para darle un nombre nuevo (Kitty) y formar una vida totalmente ficticia a su lado.
El suspense es la baza principal de esta película, ya que en ningún momento conocemos las intenciones de Jake. Este misterio se mantiene perfectamente gracias a una atmósfera claustrofóbica, que apoyada con un trabajo increíble de fotografía, en concreto de composición, consigue transmitir la angustia del personaje. Esta hace intentos por recordar continuamente su pasado, sin obtener respuesta. También se pueden apreciar muchos planos que incluyen el reflejo de la protagonista, se establece un juego de identidades donde Dafne y Kitty intentan fusionarse sin llegar a conseguirlo, la protagonista no es capaz de saber quien es realmente. Otro apunte interesante es el sonido tan acentuado del waterphone, su banda sonora recuerda a las antiguas películas de terror y misterios de la década de los 70 -80.
El verdadero problema reside en el ritmo, no avanza como debería, tampoco se justifica claramente las decisiones de la protagonista, que muchas veces el espectador tiene que especular para llegar a entenderlas. En la historia se muestran muchos elementos, que si analizamos detenidamente tienen sentido, pero quizás solo con una visualización cuesta entender algunos aspectos del guion. De todas formas, es una visualización interesante y estéticamente atráctiva
Documental
2019
11 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sesión Salvaje es una auténtica clase de historia del cine español del público, una reflexión sobre lo políticamente incorrecto y el espíritu de un cine que no solo llenaba salas, si no que creaba afición al género, al cine y a todo lo que lo rodea.
Un documental con una propuesta clásica pero con un ritmo muy ameno, un metraje plagado de grandes opiniones y de frases dignas de anotar. La visión distendida de personalidades como Alex de la Iglesia, Paco Cabezas o Nacho Vigalondo, entre muchos otros, nos hacen ver la importancia generacional que el cine de bajo presupuesto en épocas pasadas ha influido a la actualidad del producto audiovisual nacional.
La gran influencia de Chicho Ibañez Serrador con películas como La Residencia, creando una escuela en el cine de terror en todo el mundo, pero también de lo políticamente incorrecto, de la época del destape, o de las denominadas "españoladas" de Pajares y Esteso, que pese a las innumerables criticas recibidas en la época llenaban las salas de cine y entretenían a todo un país.
En definitiva, un documental muy recomendable, con curiosidades de rodaje y que hará las delicias del publico de "videoclub" en particular, y de cualquier cinéfilo en general.
Un documental con una propuesta clásica pero con un ritmo muy ameno, un metraje plagado de grandes opiniones y de frases dignas de anotar. La visión distendida de personalidades como Alex de la Iglesia, Paco Cabezas o Nacho Vigalondo, entre muchos otros, nos hacen ver la importancia generacional que el cine de bajo presupuesto en épocas pasadas ha influido a la actualidad del producto audiovisual nacional.
La gran influencia de Chicho Ibañez Serrador con películas como La Residencia, creando una escuela en el cine de terror en todo el mundo, pero también de lo políticamente incorrecto, de la época del destape, o de las denominadas "españoladas" de Pajares y Esteso, que pese a las innumerables criticas recibidas en la época llenaban las salas de cine y entretenían a todo un país.
En definitiva, un documental muy recomendable, con curiosidades de rodaje y que hará las delicias del publico de "videoclub" en particular, y de cualquier cinéfilo en general.
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