Al sentarte delante de la pantalla y encontrarte una película de las características de "I Married a Strange Person!" tienes dos opciones:

1- No creer posible lo que estas viendo, parar la película de immediato e ir corriendo al botiquín para comprovar que el ibuprofeno que te has tomado es realmente un ibuprofeno y no una dosis de LSD o algun otro tipo de droga dura.

2- Ser consciente que en el mundo del cine no todo está inventado y de que aun quedan géneros por explotar y nuevas vías visuales/artísticas con las que llegar al público.
En este caso, acomódate en el sillón porque "I Married a Strange Person!" no te va a dejar indiferente:
Desde el primer instante del filme la locura y el surrealismo toman el hilo argumental de la película hasta conseguir convertirla en una parodia de si misma, un circulo vicioso del que es difícil salir en los trepidantes, violentos, descacharrantes 72 minutos que dura esta pequeña joya de la serie B.

Una apología de la locura.

Hoy me siento orgulloso de ser un amante del cine de zombies, del cine Z.

Después de ver como películas del estilo de "Dead meat", " la Horde", y "28 Días Después", meras sucesiones de escenas sin la menor base de credibilidad y seriedad narrativa, me he encontrado con este capítulo de una serie llamada a ser un punto y aparte en el cine Z.

Como otros han comentado "No sólo son zombis". La película destaca tanto por la perfecta caracterización de los zombies (del más puro estilo de Romero, con el plus de la técnica actual) como por la profundidad de los personajes. Sobresale tanto por la magnífica ambientación apocalíptica como por el suspense que nos absorbe desde el primer minuto.

Me gustaría añadir solo una cosa: muchas gracias F. Darabont. Estaba esperando ver una obra así desde "El día de los muertos" de Romero.

Viendo la línea narrativa bien se podría decir que el guionista de la película se murió a medio rodaje y lo sustituyeron por su hermano gemelo retrasado.

Magnífica introducción (que se extiende una hora) en la que se nos presentan los enigmas e interrogantes a ser resueltos en los últimos 30 minutos, los cuales hacen naufragar la película.

De no ser por la defunción del guionista de la primera hora de película hubiese resultado un film muy interesante.

Maldita partición embrionaria...

Una rueda se levanta en el desierto. Gira. Sigue girando.Cae al suelo. La rueda se vuelve a levantar y sigue girando.
¿Exceso de cerveza antes de entrar al cine? ¿Me habrá sentado mal la pastillita que me ha dado ese desconocido? No, es Rubber, una pelicula única que homenajea algo indispensable en muchas grandes peliculas: la NO REASON, la sin razón.

Pero el mérito de esta delirante película estriba en que, pese a entrar en el basto mundo de la sin razón que todo lo permite (véase Scary Movie), el filme no abandona el humor inteligente y consigue arrancar una carcajada tras otra mientras un neumatico telequinético (que no telepático) llamado Robert explota cabezas.

Hay que destacar la magnífica actuación del Sheriff (Stephen Spinella), y la excelente banda sonora.

Y el neumatico sigue girando...