Serie corta y finalizada por la poca audiencia que tuvo, “Seis grados” pasó velozmente por nuestras pantallas en España. Muestra la vida de 6 habitantes de la ciudad de Nueva York, los cuales no se conocen, pero poco a poco vamos observando como las casualidades o las oportunidades de la vida van juntando a dichos personajes. Además, observamos las diferentes cualidades que pueden poseer las personas con las que convivimos en una misma ciudad y lo poco que conocemos de sus vidas, aunque ello no supondrá un impedimento para relacionarnos con ellas.
A lo largo de la serie los personajes pasan por ciertas dificultades, y veremos el modo en el que cada uno de ellos se repone y logra seguir adelante.
La dinámica del argumento va despacio, aunque entremezcla acciones que marcarán el rumbo de los protagonistas cambiando su modo de actuar. Los personajes no son excesivamente conocidos, aunque sí pudimos disfrutar de alguno de ellos en actuaciones anteriores, como a Bridget Moynahan en “El bar Coyote”, “Yo, Robot” o “El señor de la guerra”, a Erika Christensen en “Traffic”, o a Dorian Missick en “Amor con preaviso”, por citar algunos ejemplos.
No obstante, podemos disfrutar de las vistas de Nueva York una vez más. Es una serie entretenida y agradable para ver las relaciones que se pueden vivir por hechos fortuitos.

Tras el paso de grandes series sobre médicos, parece que este argumento está de moda en los últimos años. Series como House o Anatomía de Grey nos han entretenido últimamente, a la vez que Hospital Central se ha mantenido firme con altas audiencias. Ahora se nos presenta un nuevo concepto de este tipo de series, teniendo como escenario una clínica médica en vez de un hospital. El reparto solo presenta 6 ó 7 personajes destacados, lo cual permite que además de los temas médicos, se nos descubren los problemas personales y sentimentales de aquellos a fondo. En torno a Kate Walsh (Addison Montgomery), se reunen actores, la mayoría desconocidos, que no quedan atrás de aquel personaje que nos maravilló en Anatomía de Grey.
Sin el agobio que se nos podría presentar con las situaciones vividas en urgencias como en algunas de las series ya comentadas, se analizan los casos médicos con más tranquilidad de cara al espectador, con un trato mucho más cercano.
Aunque la serie tiene un comienzo titubeante, coge fuerza a medida que se dan a conocer a fondo los personajes, y a los pocos capítulos comienza a atraer. Las relaciones entre colegas traerán situaciones cómicas y amorosas.
No hay que esperar nada nuevo que no hayamos visto antes, pero a la gente que le guste este tipo de series aquí tiene una más para disfrutar.

Secuela de la exitosa serie “Camera Café”, cumple el dicho de que “segundas partes nunca fueron buenas”. Tuvo una fugaz aparición en pantalla, sin llegar a acabar ni la primera temporada. Buscando repetir las audiencias de su serie predecesora, los personajes intentan dar un vuelco al rol adquirido en “Camera Café”, lo cual resulta complicado, puesto que el reparto es prácticamente el mismo de ésta última. Esto hace que para el espectador, los actores queden encasillados al verlos de nuevo juntos intentando interpretar unos papeles un tanto inverosímiles.

Ambientada en las cercanías de la máquina de café, esta vez, de un hospital, los personajes y sketches se vuelven lentos y predecibles, perdiendo el humor y el final llamativo de cada escena que encontrábamos en la máquina de café de la oficina. Arturo Valls y Carles Chamarro vuelven a tirar del carro, trayéndonos buenos ratos de diversión, aunque otros personajes, como Choches, Gregorio Antúnez y Arturo Cañas, pierden el carácter que les identificaba.

Desde el comienzo de la serie, ya se veía que iba a quedar a la deriva al intentar desprenderse de unos rasgos con los que su antecesora había triunfado en varios países durante algunos años. Quién sabe cuánto hubiese seguido “Camera Café” en nuestras pantallas si hubiera mantenido el mismo formato, pero a mi juicio hubiéramos conservado la dosis de carcajadas diaria por más tiempo.

Conocida internacionalmente como “Brothers & Sisters”, se presentan las vivencias de los Walker, una familia numerosa que se ve envuelta en un desagradable acontecimiento que provocará importantes cambios en ella. Todo ello traerá repercusiones en los aspectos laborales, amorosos, políticos, sociales y económicos de los miembros de la familia. Dichos personajes poseen un fuerte carácter pero muy distintos puntos de vista, lo que hará que en numerosas ocasiones se enfrenten debido a las diferentes opiniones que tienen para reflotar a su familia o encarar las nuevas situaciones que se les presentan.
Con los problemas familiares a la orden del día, poco a poco va surgiendo un destacado trasfondo político, que nos muestra distintas visiones a través de sus personajes, analizando situaciones acaecidas actualmente.
Como vemos en los capítulos, se enlazan entornos que transcurren con una gran dinámica frente a contextos donde la trama se sucede lentamente. A su vez, se protagonizan escenas de largo diálogo, habitualmente ambientadas en escenarios interiores, que harán pasar de una situación o conversación cotidiana a un punto fuerte del capítulo que traerá consecuencias importantes posteriormente.
Comandada por Sally Field y Calista Flockhart, madre e hija respectivamente, la serie contiene actores de todas las edades. Con el tiempo, mezclando situaciones presentes y pasadas, iremos conociendo la vida de cada uno de los personajes, lo que ayudará a entender el comportamiento de cada uno en los diferentes acontecimientos e identificándonos con alguno de los personajes en determinadas circunstancias.