Un catedrático de derecho aprovecha su año sabático para dedicarse a combatir el crimen de su ciudad, consiguiendo el nombramiento de fiscal general, sin sueldo. Le ayudan su encantadora esposa, sus antiguos alumnos, y el director del períodico local.

Típica película de gansters que tiene en la presencia de Edgar G. Robinson su único atractivo. Como en otras de la época, está pensada para los parámetros de la "corrección política" de entonces. Los jefes supremos simulan ser prohombres y buenos ciudadanos. No hay ninguna referencia "etnica", a irlandeses, italianos... La prensa es responsable y actúa bajo los dictados del fiscal general.
Lo más increíble. Los abogados son honrados, y se dedican a combatir el crimen, yendo a buscar a los malos a sus casas.

Intento de cine pseudosurrealista sin presupuesto ni guión, hecho sin gracia ni talento.
Vamos, un señor que quiso hacer una peli con bobadas rodadas en un par de viajes, con dos amigos, sin dinero ni muchas ganas. Sencillamente cutre.
El Lobito es una figura del hijo/sobrino de El Lobo Feroz de la versión Disney de Los tres cerditos. Precisamente he visto este bodrio por reconocer al personaje de los tomos de tebeos Disney de mi infancia.
No gasten más tiempo que yo en esto. De nada.

La película tiene un comienzo de Western, con un joven y un niño acercándose a una casa de madera. Sólo cuando aparece un aparato de radio galena nos damos cuenta de que la acción se desarrolla de forma contemporánea a la fecha de su estreno. Conflictos familiares entre hermanos, mujeres fatales que no lo son tanto, hombres fuertes hasta el final y quizás demasiados giros en el guión para resultar en una película por lo menos entretenida, aunque no muy redonda. Las interpretaciones de Wilde y de las actrices son convincentes, pero la historia tiene demasiados "ex machina" para resultar convincente. Aun así, entretenida. Interesante de ver, precisamente por tanto giro argumental más bien ilógico. Personajes poco desarrollados, no se quedan en esquemáticos por poco, excepto el malo-malísimo. Cumple a rajatabla los tópicos del noir, incluyendo una mínima crítica social....

Una porquería que nada tiene que ver con la obra de Lovecraft. Mira que ya hay un montón de películas de estas características, y mira que ya he picado incontables veces. Pero no; aún se puede perpetrar engendros aún peores, y que aún tienen menos que ver con la obra de Lovecraft.

Por lo menos hay algo que sí cumple de su título: es una historia de brujas. Con muchas chicas más o menos tatuadas, más o menos lesbianas, que tienen muchos sueños supuestamente muy eróticos. Guión plano, montaje plano, fotografía insulsa, pero aún hay algo peor: los actores.

Según se lee por la wikipedia, supuso un enorme fracaso en taquilla, y eso que Clark Gable estaba en el cénit de su carrera. Los años no han hecho más que confirmar su nula calidad. La compleja -y breve- biografía de Parnell no era fácil de resumir para el Hollywood post Code, y tampoco constituía en sí misma un prodigio de aventuras y acción. La película no resultó atractiva para los patriotas irlandeses, ya que los pone a caer de un burro, y eso que apenas podían encontrar en el guión algún rasgo grueso de la biografía de este señor. Menos aún para los que no les interesaba la política y sólo querían ver a Clark Gable y Myrna Loy poniéndose ojitos.
Perfectamente olvidable.