Al terminar de ver esta película quedé hecho una contradicción. Por un lado, hay cosas en la película (determinadas exageraciones en las actuaciones, diálogos un tanto forzados...) que casi invitan a dejar de verla. En cambio, por otro, cuando como espectador te adecúas a esas exageraciones y las haces tuyas, ves que casan bastante bien con el tono del film. Es por ello que pese a irregularidades la balanza se inclina en favor de lo positivo.
La película entretiene, inquieta y da que pensar, y eso bien mirado, es mucho.
Obviamente, trata de un enfermo con ansias de matar, pero me gusta pensar (quizá es una tontería), que la película habla de lo cansados que estamos de nuestros roles habituales, de lo que tenemos que aparentar continuamente, y baste como ejemplo la frase que serrault le dice a su mujer antes de...(yo también estoy cansado), comentario aplicable a su esposa y al personaje de Aznavour igualmente.

Comienzo diciendo que, precisamente, ese aire malsano que tiene la película es lo más interesante de ella. Dicho esto, añadir que con ello creo que no es suficiente, debe haber algo más que atrape al espectador, que provoque su empatía (pienso), y, la verdad es que el interés por las criaturas que habitan el film se va diluyendo junto a la misma película.
Pese a todo hay apuntes interesantes, como esa asociación al principio entre los dos personajes principales (él claramente al margen de la ley, ella con tendencias cleptómanas...), la foto de pareja del protagonista que nos remite a un pasado mejor para él y que ahora busca recuperar a través de la protagonista...
En resumen, ciertos retazos que no acaban de configurar un todo plenamente satisfactorio.

Buenos días, noche es una película de Marco Bellocchio en la que unos miembros de las Brigadas Rojas en la Italia de finales de los 70 secuestran al presidente Aldo Moro, del partido demócrata cristiano, creo.
La película juega con un tono que se antoja real y cercano, cosa que en mi opinión se consigue gracias a la buena traslación en pantalla del momento que se quiere representar, junto con la labor de unos intérpretes que, al ser desconocidos –al menos por mi- le dan un nivel de anonimato bastante realista.
Es en esa situación de encierro con el prisionero donde se ven las posturas de los secuestradores, ya que en los 55 días de cautiverio veremos que en algunos casos éstas pierden su firmeza inicial, plateándose dudas sobre si acabar o no con Moro.
Aquí, el director en mi opinión, busca poner al mismo nivel de sectarismo a comunistas y cristianismo, utilizando el discurso de manual del cabecilla de las Brigadas -que cuando habla parece recitar y creer a pie juntillas las ideas comunistas- cuál Biblia. También en una escena dónde –creo que imaginado por la secuestradora- se santiguan antes de cenar ¿simbolismo de la última cena siendo Moro el nuevo Cristo? O en dos escenas similares donde tanto el jefe comunista como el Papa tiran al suelo unos papeles que no les interesan para centrarse en lo que tienen que hacer ellos.
Otro tema que se apunta es la posibilidad de escapar o cambiar la realidad a través de la imaginación. Aunque muy interesante, se limita a mostrarlo mediante los sueños de la secuestradora, en los que suceden cosas que quizá desea pero no se atreve a manifestar, como la liberación del secuestrado, o su perdón.
También, jugando con su rol de film basado en hechos reales se muestra como el secuestro no pareció molestar demasiado a la clase política italiana, la cual parecía aliviada de sacarse de encima a un personaje como Moro, quizá demasiado “radical” para ellos. De hecho, aquí quizá pueda verse un nuevo paralelismo con Cristo.
En definitiva, una interesante película, aunque no redonda.
LO MEJOR: Ambientación, verosimilitud
LO PEOR: Cuando juega con el tema de los sueños quizá se resiente la parte verosímil comentada anteriormente

Desde luego si la quieres ver como algo serio es tirando a mala. En cambio como divertimento funciona. Eso sí, las situaciones y vidas creadas para dar más dramatismo (la de Willy Toledo en especial) aportan más bien poco. Aquí lo realmente interesante y divertido es la relación entre azafatos homosexuales, pilotos bisexuales y los equívocos y desenfado que se produce entre ellos.