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España España · Compostela
Críticas de odokm
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
9
23 de septiembre de 2010
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, sin tener la redondez de otras películas de Bergman, como pueden ser "El Rostro", "Persona" o "El séptimo sello", es un film que rezuma pureza. No son unos personajes elaborados, la trama cojea en ocasiones; pero eso carece de importancia, porque la película es Bergman, es arte, fluye de su alma. Me gusta imaginarme a Bergman en éxtasis artístico una noche de depresión, una noche de esas en que nada tiene sentido. Y me gusta imaginármelo rodando, fiel al sentimiento de aquella noche, consciente de que hay cosas que podría mejorar pero negándose a si mismo la corrección para expresar más vivamente sus temores existencialistas.
Por supuesto es la primera película bergmaniana, y en ella podemos discernir a Fellini y a Woody Allen, así como el Bergman maduro que hace cine con la perfección, la inteligencia y el arte propios de su genio.
Me encanta el respecto hacia el espectador, ese "piesa un poco que no es tan complicado", presentar unos personajes, abandonarlos, retomarlos como secundarios, ellos sólo son una excusa para decirnos lo que quiere, y los usa cuando quiere. Se adentra en el metacine, el metaarte, también lo abandona para retomarlo al final; como diciendo, "para esto sirve el cine, esto es cine".
odokm
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Elegía de Moscú
Documental
Unión Soviética (URSS)1987
7,0
204
Documental, Intervenciones de: Andrei Tarkovsky, Tonino Guerra
7
1 de diciembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
«La muerte no interrumpe nada, y sin embargo...» (1) cuanto daríamos algunos por poder ver la 8ª de Tarkovsky. En este caso la muerte fue el punto final para uno de los mejores conjuntos artísticos del siglo XX; sus siete largometrajes son parte esencial de la historia cinematográfica, su obra pone al cine definitivamente en el mismo plano que técnicas artísticas de mayor tradición histórica, un arte bello y terriblemente complejo; Tarkovsky lo pone de manifiesto, elimina los complejos del cine como arte y pone en valor a los cineastas posteriores y también a sus predecesores. Mi mirada hacia Dreyer, Bergman, Bresson, Tarr o el mismo Sokurov no hubiera sido la misma sin el bueno de Andrei, cambió mi perspectiva para siempre, me hizo mirar más lejos, me hizo ver en un río el cielo reflejado y el fondo arcilloso.

De la genialidad de un artista hablan sus obras. Pero Tarkovsky es ya otra cosa, es un mito, es un icono ruso en la sociedad de los iconos pop, es un Andrei Rublev. Esta «Elegía de Moscú» es una película mitificadora, Sokurov habla desde la admiración hacia el artista y la frustración hacia su país, un país que no reconoce a sus genios, un país enfermo terminal, un país que 10 años después de obligar al exilio al más ruso de los rusos es vendido a trozos a la oligarquía que domina Rusia desde la caída de la Unión Soviética; y es el mismo país que en 40 años pasa de un estado prácticamente feudal y sin desarrollar a enviar a una persona al espacio...Una elegía de Moscú en clave de Andrei Tarkovsky. Es aquí el tema central de la película, por eso tantas secuencias de Nostalghia, Sokurov quiere dejar bien claro que se trata de un exilio forzado, la primera película fuera de Rusia habla de Rusia, un país intraducible para los occidentales (no sé si puedo entender a Italia, pero desde luego no puedo entender a Rusia). Andrei está en Italia, mientras en Rusia se entierra Breznev, Andrei entra en el apartamento y cierra la ventana pero sigue mirando hacia fuera; desaparece el sonido de la telivisión rusa, Andrei ya no está en su país pero lo sigue buscando con la mirada. Es cautivador escucharle hablar, un tono siempre reflexivo, lento, muy lento, como sus planos secuencia, convertir sus pensamientos en palabras es tan cuidadoso como convertirlos en imágenes, sólo que da la sensación que la conversión a imágenes es más pura o natural para el, necesita codificar menos.

La felicidad no es «motto» de la condición humana, si así fuera el sacrificio no se justificaría, ¿qué sentido tendría entonces entregar lo más preciado? Tampoco tendría sentido esperar algo a cambio, el sacrificio no es una transacción ni justa ni injusta, es entrega absoluta a un ideal elevado (elevado por el mismo individuo que la ejecuta). Entrego a mi hijo a Dios. Entrego mi vida a la igualdad del ser humano. Entrego mi libertad a mi familia (A mi familia, no POR mi familia o POR LA FELICIDAD de mi familia). Entrego mi felicidad al arte. Por supuesto que hablamos de fe. Cada persona hace sus sacrificios, ¿los de Andrei?

«Ponga sus asuntos en orden», esto es lo que se encuentra Tarkovsky al enterarse de su enfermedad terminal, qué frialdad europea, la falta de pasión que está convirtiendo a los europeos en norteamericanos de segunda; «este hospital es una empresa que trabaja con la enfermedad y la muerte, tratamos nuestros asuntos con la máxima seriedad y diligencia, usted va a morir pronto, le recomendamos desde nuestra experiencia que deje solucionados sus papeles, y le recomendamos que empiece ahora, la burocracia es lenta y al ser usted extranjero y además ruso puede llevarle meses solucionar su testamento; le recomendamos también que termine su película con rapidez, puesto que los posibles beneficios serán de mucha ayuda a su viúda y huérfanos». Me gustaría hacer el ejercicio de la misma situación en Rusia. «Ponga sus asuntos en orden. Tiene poco tiempo para solucionar sus conflictos con la muerte, no me cabe duda que como buen ruso lleva años trabajándolos, pero debido a la prontitud del fallecimiento hay flecos que quizás no tenga resueltos, aquí tiene una pistola cargada, haga uso de ella si fuese necesario».

(1) Verso de «La casa encendida», Luis Rosales
odokm
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10
19 de septiembre de 2012
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Déjate embaucar por esta película. No luches, no te preocupes, sólo adéntrate en ella y disfruta. Considérala como un lago, rodeado de árboles, el cielo de un azul tan resplandeciente que agradecemos algunas pinceladas de nubes para poder admirarlo. Haz el muerto mirando al cielo, reflexiona sobre la belleza, la memoria, TU memoria, nada a crawl, nada a-braza, de espaldas, quítate el bañador y deja que se hunda. Y no te preocupes, el lago no es peligroso, no hay amenazas ni inquietudes, y puedes abandonarlo cuando quieras.
Jonas Mekas nos regala este diario de felicidad, imágenes que abarcan prácticamente toda la década de los 70, cámara en mano graba lo cotidiano y 30 años más tarde decide sacar 5 horas de “brief glimpses of beauty”. El montaje es precioso y sin grandes alardes donde la cámara rápida es una constante y ciertos juegos de superposición de imágenes y microelipsis ayudan a dar agilidad a la cinta.
La estructura es la siguiente: 12 capítulos cada uno parecido al anterior, pero con una clara vocación narrativa (avance lento) donde el capítulo 4 y 8 son los puntos de de inflexión más claros; cada escena viene precedida de un título situándote en lo que vas a ver a continuación (“Scenes at home”, “summer at central park”, “nothing happens in this film”, “this is not a political film”,etc). El sonido es fundamental, las melodías a piano son el narrador, nos adentran poco a poco (siempre poco a poco en antítesis perfecta con la cámara rápida) en una belleza cada vez más notálgica; y la voz en off del propio Mekas viendo su juventud con ya 80 años nos sirve de guía en nuestras reflexiones que son las suyas propias. Reflexiones sobre el pasado, la amistad, la dicotomía felicidad-belleza, enlaza con el presente en el que está hablando intentado crear una díalogo con el espectador (“Dear viewer...”).
Una película de museo.
odokm
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9
24 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Será que cada secuencia tiene la duración perfecta. Será que la cámara está colocada en el lugar idóneo. Será la ternura que despierta el personaje de Jaimie, alter ego de Bill Douglas. Hay seguramente algo de todo esto, y más cosas, para lograr que cada escena de esta pequeña película tenga tanta intensidad. Tanto los momentos más tiernos, como los que pasa con el prisionero alemán, como en los momentos más duros, como el asesinato de su gato, la fuerza que desprenden las imágenes es abrumadora por momentos. Son escenas que te abruman por derribo, porque son 45’ sin descanso, uno tras otro grandes conceptos, grandes ideas van apareciendo en tu cabeza sin tiempo para asimilarlas. Belleza en las imágenes, miseria, padres (Jaimie tiene varios padres en la película), vulnerabilidad de la mujer, búsqueda de afectos, carencias (en general), orfandad, tristeza, muerte desde los ojos de un niño, libertad como condena. Y todo esto extraído directamente de la memoria del director, ramalazos o flashes de su infancia que dan la impresión de haber sido extraídos directamente de su cuerpo con una máquina de extraer verdad en lugar de reconstruidos desde su vivencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
odokm
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6
23 de octubre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisitar películas es siempre, o muchas veces, como un viaje a la memoria propia. Te descubres teniendo pensamientos y reflexiones que ya en su día habías tenido. Te sorprendes llegando a conclusiones vestidas de novedad pero que recorres con una destreza y seguridad que le serían impropias; como follar con una persona con la que hace años que no te acuestas. Empiezas a recordar más cosas que antes estaban ocultas. Dónde viste la peli, cuándo la viste, por qué la viste, con quién la viste. Es una sensación muy bonita.
A esto habría que sumarle la experiencia cinematográfica del revisionado. El ojo del espectador se agudiza. Desaparece toda la niebla que provoca el desconocer qué va a pasar. El ojo ya no está constantemente intentando predecir (consciente o inconscientemente) qué sucederá, calibrando las intenciones de los creadores. Esta niebla desaparece y sólo queda la película. El visionado es más certero.
Hay películas que sobreviven la revisión, las hay que languidecen o que resplandecen. A veces es sólo una cuestión de momentos. De estado de ánimo, de punto vital. Pero el caso de “Sospechosos habituales” es muy particular. Una película con un giro final o revelación final de tal magnitud que se come entera la película. ¿Cómo es “Sospechosos habituales” cuando sabes quien es Kaiser Soze? Y la sincera respuesta es que poca cosa. Me pregunto también cómo podrían sobrevivir otras películas que comparten esta característica como “El sexto sentido” o “Testigo de cargo”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
odokm
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