Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de Rekerey
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
2
3 de julio de 2010
162 de 196 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de ser curioso como historias en apariencia inocentes esconden subtextos, crepúsculo es un ejemplo perfecto. Si nos fijamos en el modo de representar la sexualidad encontramos una curiosa dualidad. Por un lado tenemos un reparto cuya función es hacer fantasear al público femenino y un tema morboso, el vampirismo. Por el otro un subtexto conservador y reaccionario.

Necesariamente el vampirismo tiene una alta carga sexual, pocos textos se han resistido a explorar de alguna otra forma la sexualidad vampírica. Una sexualidad que suele ser desenfrenada, sangrienta, violenta, instintiva. En Eclipse en principio también es así. Todas las iniciaciones de los vampiros que componen la trama están vinculados a un acto sexual y violento: una violación y su venganza, una relación de dominación en tiempos de guerra. Sin embargo estos personajes reprimen sus instintos sexuales, como ellos mismos dicen no catan la sangre humana. Todos han acabado salvándose gracias a una relación heterosexual y duradera, un matrimonio. Arrastran la culpa de sus pecados, de haberse liberado sexualmente, según ellos no tienen alma.

Y entre ellos el que se siente más culpable es Edward que busca una esposa que le dé sexo conyugal. Edward representa, él mismo lo dice, los valores más conservadores. Y aunque a él le avergüence ser vampiro, haber estado liberado sexualmente, a su virginal Bella le sobran hormonas y le falta desahogo. Dispuesta incluso a morir, pues Edward puede matarla si se acuestan, Bella no deja de insistir en que quiere ser vampiro. Pero Edward le pone la condición del matrimonio para liberarla sexualmente.

En el triángulo falta no obstante un personaje, el lobo (que gran turrón). El lobo simboliza una relación carnal, un aren de descamisados e hipermusculados varones dispuestos a saciar sus placeres. Jacob propone a Bella una relación mucho más progresista, en la que la relación sexual no implica un compromiso de por vida, al contrario que Edward (en el caso de Edward una relación de por muerte).

Lo que nos plantea esta película es la elección de una adolescente entre liberarse sexualmente o esperar al matrimonio. Edward sigue encarnando al prototipo del “héroe” machista, cuya misión es conservar la virginidad de Bella, siempre desde el otro lado, porque él sí ha tenido la oportunidad de liberarse sexualmente. Solo hay que ver con quien se queda.
Millones de adolescentes, que no se atreven a ver una buena (que las hay) película porno, van como locas al cine para ver los músculos de Jacob. Y sin embargo aunque las jóvenes aplauden (literalmente en el cine) las escenas de Jacob sin camiseta, también aplauden la escena en la que Bella acepta a casarse renunciando así a su sexualidad. La mojigatería de nuestra sociedad es el caldo de cultivo perfecto para que las jóvenes recurran a este tipo de textos que juegan a excitarles mientras les adoctrinan en la virginidad y el sexo matrimonial. Una película que logra eclipsar la sexualidad.
Rekerey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
23 de octubre de 2010
34 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Sabía que tenía que haber una forma de poder tomar la esencia de su historia y trasladarla al entorno americano que conocía de mi infancia” Matt Reeves

Y la hay queridos amigos. Se llama Let me in. Reeves ha fabricado un remake que en casi nada varía argumentalmente y que respeta las secuencias y los diálogos que hicieron grande a la original. Lo que cambia es el fondo, el contexto, tanto dentro como fuera del plano. Y es que la cultura americana no sólo ha fagocitado las vidas de Oskar y Eli sino que se ha colado en aspectos formales del metraje.

El retrato de “la otra América” de Reeves es algo tópico: fracaso escolar, familia desestructurada, etc. No obstante hay detalles reveladores. Nos sitúa la película en la década Regan, los 80, en el que el discurso del presidente republicano reavivó la paranoia de la Guerra Fría e hizo que USA se rearmaran ante el enemigo ruso. Se volvió a hablar de los buenos y los malos, al igual que la devota madre de Owen. El pobre chico se declara confuso en una conversación telefónica con su padre, que constituye sin duda la mejor escena genuina de Reeves.

La distancia a la que se sitúa la historia, es el mayor cambio formal. Si por algo se caracterizaba la primera mitad del film sueco era por el desconcertante uso que hacía del plano general para mostrar las escenas de violencia. Pero la primera mitad del remake, hace un uso persistente del plano detalle, dejando desenfocado (literalmente), todo aquello que al director no interesa. Es como si la cinta original quisiera hacer un fresco realista, un film expositivo en el que se muestra sin juzgar los comportamientos personales de sus personajes. Sin embargo Reeves se acerca de forma devastadoramente cotidiana (como en su anterior film Monstruoso) a esas situaciones que tanto le recuerdan a su paso personal a la adolescencia.

Sigo en spoiler por falta de espacio
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rekerey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
18 de abril de 2010
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué entró Alicia al País de las maravillas? Es una pregunta sencilla pero la respuesta es tremendamente complicada. Lo mismo sucede con otras cuestiones atribuibles a la obra de Lewis carroll ¿Por qué el sombrerero está loco? ¿Por qué la reina roja es malvada? y un largo etc. Burton le encuentra respuesta a todas ellas y eso es algo... que no le podemos perdonar.

Dejando de lado las maravillas técnicas, el metraje es un fallo garrafal. Y es que a la pregunta del principio solo se puede contestar de una forma: "Ni lo sé, ni me importa". Carroll supo escribir una historia que valía lo que valían sus caóticos personajes, lo que valían sus descabelladas situaciones. Cualquier intento de buscar un por qué es restarle fuerza al relato. El error de Burton va mucho más allá de ese argumento con sus malos, sus buenos, su misión y su bicho gigantesco y malo, esa historia que ya nos han contado hasta la saciedad. El error es sencillamente buscarle un objetivo a Alicia.

Si Burton hubiera hilado un compendio de situaciones estrambóticas me hubiera dado igual que se hubiera inventado personajes, escenarios, o lo que le hubiera dado la gana. Tenía una libertad absoluta, la libertad que dan locura y genialidad cuando van de la mano. De haberlo hecho millones de autonombrados defensores del libro original, madres incapaces explicarles a sus hijos la película al salir del cine y dueños de cines que no se hacen de oro, se le hubieran echado encima. Y es que el dinero es como esa bebida que te espera nada más cruzar la madriguera del conejo y hasta a los más grandes les vuelve diminutos.
Rekerey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
2 de agosto de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fácil enmarcar “Mi segunda vez” en un género concreto, la comedia romántica. Como buena película de género cumple las expectativas que el espectador busca: una presentación separada de los personajes que claramente acabarán siendo pareja, una intercalación de escenas altamente edulcoradas con pequeñas, a menudo absurdas, dificultades, etc. Chic@ conoce chic@, pero a primera vista su amor es imposible.

Lo más interesante no es, lógicamente, como se ajusta este largometraje al género cinematográfico, sino como refleja los dos grandes géneros de la humanidad: el masculino y el femenino.

Acostumbrados estamos ya a nuevas representaciones de la feminidad Hace tiempo que “las princesas”, triunfan laboralmente, llevan el control de su vida y parecen sexualmente liberadas. Al final de la película la mayoría siguen descubriendo que tanta libertad las alejaba de su verdadera vocación maternal y que un pene es lo único que necesitan, pero ese es otro tema. Lo que sí es una novedad en este film es la nueva representación de la masculinidad. El patriarcado, en todas sus formas, está tan implantado en nuestra sociedad que nos cuesta saber qué definición se ha salvado de sus garras. Un hombre del que su exnovia se aprovecha, que trabaja para una mujer mayor que él renunciando a un lucrativo puesto y sobre todo que tiene un interés muy fuerte en la paternidad, es, cinematográficamente hablando, o un metrosexual que esconde su verdadera cara de macho machote o un pagafantas.

Sin embargo, ahora que las mujeres han sabido modernizar el concepto de lo femenino y están luchando por sus justos derechos como madres, pero también como trabajadoras o ciudadanas, ha llegado el momento de que los hombres se libren de la carga que, también para ellos, supone el modelo patriarcal. Buscando un enriquecimiento afectivo, que puede pasar por la igualdad dentro de la pareja y el trabajo o la necesidad de ser padre y vivir esa paternidad, sin dejar de ser un HOMBRE con todas las de la ley.

Esta película retrata sin complejos ni chascarrillos a un personaje que representa otro posible, que no único lógicamente, modelo de la masculinidad, y además en un tipo joven, un hombre del mañana. Me sigo quedando con ganas de ver a este personaje en situaciones más complejas, realistas y reveladoras de las que presenta el género de la comedia romántica, y dejar de ver cintas falsamente sesudas rebosantes de estereotipos.

Quizá, al igual que encontramos mensajes revolucionarios sobre la sexualidad o la política escondidos en las férreas historias de género Ci-fi de la Universal en los años 40, podamos encontrar en estas películas de escaso valor cinematográfico, lecciones sobre el desarrollo de una sociedad condenada, gracias a dios, a redefinirse una segunda vez.
Rekerey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow