No hace falta hacer una sitcom o una superproducción para hacer algo grande.

Esta es la vida de un chico sueco que vive en un pueblo y los avatares que le ocurren por ser tan bueno para esta vida. Todo el mundo le torea y su casa se va convirtiendo poco a poco en el camarote de los hermanos Marx.

Su padre Thomas Johansson (un personaje totalmente genial) le da una de cal y una de arena y se aprovecha de él, su novia le marea y hasta la mujer que se siente atraída por él le complica la vida absurdamente. Se lleva su trabajo de psicólogo a casa y el resto del tiempo, lidia con sus excéntricos pacientes juveniles en su consulta.

Una "come-drama" muy cercana, sencilla, divertida, entrañable y loca. Representa muy bien el carácter y el día-a-día escandinavo.

Si te gustan este tipo de hacer las cosas y las series de corta duración (media hora por capítulo), míratela. Te enganchará.

Pero si te gusta el humor convencional o la "risa fácil" no es tu serie ;)

Hay opiniones para todos los gustos: la mía es que es una comedia redonda. Dos protagonistas magistrales: el respondón pero buenazo de Neal Gamby y el histriónico-majareta-adorable de Lee Russell lo bordan. Una lucha por el puesto de director, con aventuras de todo tipo (cambios de escenarios y viajes, altibajos amorosos...), tramas locas y una buena dosis de mala leche. Ojo, también tiene sus momentos de cierto dramatismo ligero. Los momentazos de banda sonora sintetizada son otro puntazo.

Los secundarios también la lían parda: la suegra petarda Mi-Cha, el majete de Dayshawn, la sargento bollera Nash... y la buena de Snodgrass.
El doblaje y la traducción al español europeo son estupendos, de lo mejor del metraje.

«Snodgrass: Es que ni siquiera eres mi tipo.
Gamby: Tú tampoco eres mi tipo. A mí me gusta un felpudo como dios manda, no esas ingles brasileñas que me llevas.»

Es una serie para los amantes del humor gamberro. Si eres un cultureta inexorable, no es tu serie.

¡Chapó!

Vaya familia loca viajando por Estados Unidos. Un padre, una madre, hijo e hija, huyendo constantemente y con pocas esperanzas ya que los padres están más chalados y son más infantiles que los hijos. La niña Ashley Gerasimovich creo que puede llegar a ser una futura estrella de la interpretación: lo borda.

Situaciones absurdas junto con paseos por prostíbulos, moteles y restaurantes de carretera; lo que tienen que aguantar los hijos no es moco de pavo. Algo que les hará crecer y madurar a base de golpes y sin serios referentes (ahí está lo bueno de la serie). Hay capítulos muy buenos y otros más flojos (pero eso le pasa al 95% de las series).

Móntate en un 4x4, un turismo familiar o una lancha motora y ¡a partirse la caja!

Vaya par de zumbadas. Desde el primer capítulo, ya se deja ver por donde va la serie: el humor loco y frenético. Dos adultas comportándose como niñas que te provocarán la carcajada para olvidar los estreses del día.

La una, profesora de universidad con deudas y que consigue un empleo de niñera de la otra, una joven adulta recluida en casa bajo supervisión judicial. Un cóctel explosivo de tonterías impulsivas y diálogos surrealistas con trasfondo de chiste (bueno en muchos casos).

Billie Brown: «Eh, dios ¿qué haces en un garito?»