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Voto de Chagolate con churros:
6
Drama Continuación de "Juana de Arco I: Las batallas". Después de la derrota francesa en la batalla de Orleáns, Juana de Arco (1412-1431) es arrestada y enviada a prisión. En dos procesos separados, es acusada de herejía y condenada a morir en la hoguera. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda parte comienza donde terminó la primera. Las guerras continúan e igual que en su primera parte, las secuencias de las batallas son rodadas rozando lo ridículo. Salva los muebles el director al usar los diálogos para narrar algunas batallas, en lugar de seguir filmado.

Lo ciertamente interesante empieza a ocurrir desde el mismo instante que Juana es capturada. Aunque la escena es sí, roza también lo ridículo, es la primera versión que no usa la elipsis en esta parte de la historia. A partir de aquí, la película gana enteros, porque durante los traslados de Juana de castillo en castillo, de prisión en prisión, queda radiografiada la personalidad de Juana. El retrato psicológico de esa enigmática mujer es espléndido. Juana no deja de ser una niña de 19 años, y como tal se comporta, con soberbia e insolente ante sus captores. Con miedo y dulzura cuando el momento lo requiere. Rivette opta por una presentación austera y representaciones naturalistas obteniendo un sentido terrible de la realidad que rara vez se logra en los dramas históricos.

Comienza el director este trabajo con el interrogatorio al que Juana es sometida por el duque Philippe en el Castillo de Margny con una fabulosa puesta en escena: cámara, iluminación, movimientos de los personajes,... Hasta este momento, el cautiverio sólo se había tratado desde que Juana es interrogada por la Iglesia en Rouen, pero en esta versión podemos apreciar como Juana interactúa con sus carceleros. En el Castillo de Juan de Luxemburgo, Juana intima con las mujeres del castillo, y es el señor, el que debe recordar que ella no es invitada, sino prisionera. Son muchos los matices que vamos conociendo de Juana y con cada diálogo, la psicología de esta queda mejor representada. Comprendemos que será la fe y el orgullo por su país, lo que motivó a Juana a conseguir capitanear los ejércitos de Francia. Bonnaire crea una estupenda Juana humana, y percibimos la degradación física conforme sus esperanzas se pierden. Es la cotidianidad de esta caracterización lo que le hace llegar al espectador de manera desgarradora.
Chagolate con churros
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