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España España · Barcelona
Voto de alex:
3
Drama. Comedia Después de una estancia de seis meses en la cárcel, Robin acuerda un matrimonio de conveniencia y obtiene la libertad condicional. Su peculiar forma de ser, desenfadada y provocativa, asombra a todos aquellos hombres que se cruzan en su vida. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía curiosidad por ver esta película porque se vendió como una especie de remake o reinterpretación, filmada por el mismo director, de “Y dios creo a la mujer”, la mítica película con la que Roger Vadim lanzó a Brigitte Bardot -su joven esposa en aquel momento- a la fama. Me picaba la curiosidad por comprobar si Vadim había aprendido algo desde 1956. Pues “Y dios creó a la mujer”, a pesar de su extraño carisma, adolece de algunos fallos técnicos no siempre atribuibles al modo en que por aquella época se hacían las películas. Me refiero, por ejemplo, a detalles como que al otro lado de los ventanales de la tienda en la que trabaja Bardot se veía, con una perspectiva mal hecha, una calle a todas luces pintada a mano. Sin razones justificables, aparecían también breves insertos de Bardot rodados en estudio en medio de luminosas escenas filmadas en exteriores. Pues bien, este tipo de detalles chapuceros no ocurren en esta película de 1988; por esa época Vadim ya había tenido tiempo de convertirse en un artesano competente y puesto al día, capaz de pergeñar una película de rutilante estética ochentera y que se deja ver como si fuera uno de esos telefilmes que echan en la tele los sábados por la tarde.

Desgraciadamente, sin embargo, esta postrera película de su carrera carece por completo del arrebatador encanto y elegante carisma “cinemascopero” de su obra cumbre. En realidad lo único que las dos películas tienen en común son la similitud de sus títulos y el atractivo sexual de sus protagonistas. Ahora bien, aunque De Mornay cumple bien con su papel, no le llega ni a la suela del zapato a la sublime y perturbadora "gatita sexual" encarnada por Bardot. Tampoco la adocenada banda sonora rockera está a la altura de la fabulosa y muy sugestiva banda sonora compuesta por Paul Misraki; ni los escenarios americanos tienen el atractivo de aquel Saint Tropez todavía aldeano de los años cincuenta. Me permito reseñar, eso sí, que como si de Hitchcock se tratara, Vadim tiene a bien reservarse un breve cameo como fotógrafo.

Mientras transcurría el no muy estimulante visionado, confieso que presioné el botón del forward alguna que otra vez. Y me puse a reflexionar sobre en el hecho de que desde 1956, año en que se rodó "Y dios creó a la mujer", hasta 1988, en que se rodó esta especie de remake o reinterpretación o lo que sea, habían pasado 32 años, los mismos que han transcurrido desde 1988 hasta el tiempo actual. Y llegué a una conclusión: en cuanto a técnica cinematográfica y look visual, se nota mucho más la diferencia entre la película original de 1956 y la reinterpretación de 1988, que entre esta última y cualquier película actual. Porque, si no fuera por la ambientación ochentera, "Y la creó para el escándalo", desde el punto de vista técnico y de look visual, podría haberse filmado ayer mismo. Y si nos retrotrajéramos, por otra parte, otros 32 años, desde 1956 hasta cualquier película hecha en 1924, las diferencias serían aún mayores (películas mudas y en blanco y negro). La conclusión a la que llegué, en definitiva, es que cuanto más nos vamos alejando de aquella lejana época en que el cine se asentó en sus pilares básicos, menos rápido va cambiando a pesar de los cacareados avances digitales acaecidos en los últimos 25 años.

En fin, es lo que tiene aburrirse con una peli, que te pones a divagar....
alex
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