No es que sea una maravilla, no lo es. Pero almenos plantea un argumento con cara y ojos, con explicaciones más o menos pausibles sobre lo que pasa y, sobre todo, que de vez en cuando consigue asustar.

Está claro que William Malone nunca será el Clint Eastwood (o el Scorsese, o el Tarantino, o...) de las películas de terror, pero almenos es un director competente que sabe jugar sus bazas con acierto, lo que en este caso significa diversión, sustos y pasar un buen (mal) rato.

Lo mejor: los títulos de crédito y la banda sonora
Lo peor: Los actores en general