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España España · Getxo (Bizkaia)
Voto de Rober:
6
Terror Un señor de la guerra, en la remota Rumanía, se ve obligado a desencadenar toda una serie de sangrientas batallas para recuperar sus tierras. Ésto le hará conventirse en toda una leyenda por su despiadado y brutal trato hacia sus enemigos. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2006
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos personajes existen en la historia del cine con el atractivo y el misterio del Conde Drácula. Condenado a la vida eterna, reside en la soledad de un recóndito castillo, entre montañas, en Transilvania (Rumania).
El escritor irlandés Bram Stoker creó el personaje en su extraordinaria novela Dracula (1897). Al parecer se inspiró en algunas leyendas populares de Transilvania y en la figura real de Vlad Tepes o Vlad Dracul, principe de Valaquia, que luchó enconadamente, en el siglo XV, contra la invasión del imperio otomano.
Posteriormente el cine y la literatura (y en menor proporción el teatro) popularizaron y magnificaron el personaje de Drácula, el vampiro por antonomasia, el "no muerto" (Nosferatu) desde muy diversos ángulos y con muy diversas interpretaciones. Hay más de 650 películas de vampiros en la historia del cine (muy recomendable el libro "Los cien mejores filmes de vampiros" de Miguel Juan Payán). Pero eso es otra historía (muy interesante, sin duda).
La película "Vlad, el príncipe de la oscuridad" es una combinación de historia, leyenda y ficción.
Mezcla la vida del personaje real (Vlad Dracul) con el supuesto origen del mito de Drácula.
Vlad Dracul fue un defensor a ultranza del pueblo rumano frente al poder invasor turco y frente a los propios nobles rumanos que solo buscaban su propio provecho. Pero su decisión, perseverancia y convicción le llevaron a perpetuar actos de enorme crueldad (empalamientos, enterramientos en vida..).
Las informaciones que nos llegan de Vlad Dracul son contradictorias; y contradictoria y algo confusa es también la película. Son contradictorias las versiones de las "hazañas" del personaje real y mucho más causas de "su tránsito" a "no muerto".
En uno y otro aspecto, la película es pobre, algo confusa y plana. Es poco mas que un telefilm pero con un personaje muy atrayente.
Algunos aspectos/escenas, no obstante, son dignos de análisis/comentario:
- La personalidad de los dos hermanos está razonablente bien dibujada. El hijo fuerte adorado por el padre y el hijo débil y despechado. Su destino radica en su educación.
- Las patrias y las religiones son el origen de la crueldad, la guerra, el desastre y la muerte.
- La escena del baile en la que los protagonistas se enamoran está muy bien conseguida. Misteriosa y brillante.
La elección de Rudolph Martin como Vlad es acertada. Fisicamente compone muy bien el personaje y su interpretación es correcta.
Finalmente, la película insiste una y otra vez en la naturaleza humana, divina o demoniaca de Vlad. Para su pueblo es el "Mesias". Para la iglesia ortodoxa (y para los nobles) es un personaje incómodo y buscan todas las posibles vías para hacerle desaparecer: La excomunión por haber colaborado con los católicos. Al parecer es esa excomunión la que le confiere la entidad de alma incorrupta eternamente que no puede entrar en el cielo ni en el infierno. Interesante. Esperamos más y mejores películas sobre el personaje
Rober
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